Puntadas sin hilo

Felices los que no dudan

Es terrible (para uno) empezar el año dudando sobre casi todo. Por ejemplo sobre Podemos, que es la perspectiva política española más sobresaliente. ¿Estamos seguros de que no será un desastre si ganan? Ya, ya sé que no se puede saber, pero entre el feroz y masivo ataque iniciado y el rompimiento de moldes que suponen sus propuestas, la duda puede ser admisible o al menos discutible. No comprendo cómo Telecinco en el programa Un tiempo nuevo, que además va como el culo, no concierta una entrevista-diálogo entre Iñaki Gabilondo y Pablo Iglesias en la que hablen encadenadamente sobre todo, tirando el ovillo, con preguntas y respuestas sobre cada tema hasta llegar a la consunción de asuntos. Gabilondo es, en mi opinión, el único periodista español que puede hacerlo de manera objetiva, sin agredir en formas o intenciones al entrevistado que se presta a la conversación y de manera pausada aunque rítmica. A mí me aclararía la fijación de posiciones de Podemos en los temas trascendentes. Odio las entrevistas que consisten en ‘yo te pregunto y tú me contestas’. Oír a uno y a otro del equipo y a Iglesias saltando de entrevista en entrevista y no precisando o escabulléndose me marea y sume en la duda. Porque ¿qué piensa Iglesias realmente de Catalunya o del alcance de su reforma laboral o cómo va a acabar con el paro, qué nuevos y concretos medios de producción propone, qué posibilidades ve de enfrentarse a las fuerzas que quieren decapitarlo? Son necesarias medidas concretas, no bastan las buenas intenciones. Y es hora ya de conocerlas o al menos su dirección aunque el programa no se haya hecho público. Entretanto la intención de votarle será un puro acto de fe.

Que de todas formas debería basta frente a la desfachatez de las mentiras constantes de Rajoy y de su entrega al más siniestro capitalismo en perjuicio de las clases medias y menos que medias. De esto sí que no dudo: España puede sobrevivir sin Rajoy. Su concepto de la ética política y social es inadmisible. Pero millones de españoles no piensan así y le seguirán votando. De la no duda paso a la decepción.

El PSOE cava lentamente su tumba haciendo de funámbulo en el alambre de la desafección y la traición y no escarmentará hasta que se precipite al vacío.

Los jueces hacen lo que pueden y las leyes le permiten contra los 2.000 imputados por corrupción existentes. Las dudas surgen en las altas instancias judiciales, con la lentitud añadida.

Yo ya no sé si estoy a favor o en contra del derecho a decidir. Seguramente es que no soy demócrata.

Tengo dudas de que la economía práctica esté mejorando. Dejaré de tenerlas cuando la desigualdad entre los españoles decrezca diez puntos.

Temo que la gente prefiera seguir como está. Al final todo se reduce a Los que quieren cambiar frente a Los que no quieren cambiar. Y eso sí, yo dudo pero estoy con los que quieren cambiar, aunque fuese un desastre, que no tiene por qué serlo. También odio a los que siempre van a su lugar de destino por el mismo trayecto. Es una forma de estar muertos. Temo que los que no dudan nos superen a los que dudamos. Pero confío en que los que dudamos nos conciliemos para saber que si dudamos es porque podemos, aunque mejor con Gabilondo e Iglesias explicándonos sus dudas y certezas. Si me lo permiten, nunca he buscado la felicidad, sino la honestidad.

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