Es decir, Podemos y Ciudadanos. Ya no sirve ni como pasatiempo ameno. ¡Menudo latazo el rosario de cifras que rezó Mariano Rajoy, acompañado por la letanía de Pedro Sánchez! Cuando uno se refugia en la contabilidad para demostrar que algo va bien o va mal, es que fallan los conceptos básicos. ¿Hay pobreza o no hay pobreza, ha aumentado o no, hay desigualdad o no, ha aumentado o no? No hace falta acudir a los números para conocer la respuesta.

Incluso podría dar la impresión de que el debate estaba grabado y los contendientes hablaban en play-back. Todo mecanizado. Solo Garzón estaba vivo, quizás porque no era, es, de la casta. Rajoy y Sánchez, como amañados rivales de lucha libre o grecorromana. Ninguno se colgó la escarapela, si acaso Sánchez, más incisivo.

Resulta evidente que la gente está harta de tanta representación y pantomima. No los soportamos más. Es necesario que el Parlamento se renueve en sus inquilinos y en sus métodos. Ése sí que es un desahucio pendiente y necesario. No se les aplicará la dación en pago, pero que dejen paso a nuevas maneras. En paz vayan. En la puerta de los leones esperan dos nuevas fuerzas, de derecha e izquierda, seamos claros, pero sin los lastres y vicios de quienes deben ser sustituidos. De nosotros depende, y parece que estamos decididos. Aunque no estemos de acuerdo en todos sus puntos, aunque aún desconozcamos el detalle de sus programas. Queremos cambiar, y punto. El año próximo no será lo mismo, no hace falta tener una bola. Debería colgar un letrero en la puerta del Congreso: "CERRADO POR TRASPASO". No más insultos, no más desprecios, no más aplausos de borregos ni protestas chocarreras, no más engaños en las cuentas. Decir y pedir esto no es ser antidemócrata ni vecino del fascismo, al contrario. Los partidos, y los políticos, son necesarios. Peo no éstos. A los nuevos les exigiremos todo. Porque son nuestros servidores, encomienda que olvidaron los anteriores. Es una obviedad, pero si el Parlamento se resetea y remasteriza, España también lo hará. Es la obra pendiente de nuestra democracia.

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