Asuntos & cuestiones

Los nuestros no se tocan

El vicepresidente del Consejo general del Poder Judicial, a propuesta del PP, señor De Rosa, que se atrevió a sugerir que Garzón podría estar prevaricando, ha sido sorprendido reuniéndose en secreto con algunos implicados en la causa por corrupción que se sigue contra miembros de su partido, concretamente, con Francisco Camps, su anterior jefe, que no gana para disgustos ni para sastres, teniendo que echarle una mano colegas también imputados para que pueda satisfacer sus devaneos de Fashion Victim. Miente el señor juez De Rosa, cuando es sorprendido en tamaña tropelía y se defiende cuestionando la inteligencia de la ciudadanía al afirmar que iba allí a recoger unos faxes. Uno se echa a temblar por la catadura moral, no ya de los miembros de ese partido que se quejan de que esto ya no es un solar como en los tiempos de José María Aznar, que cerró la fiscalía anticorrupción "por innecesaria", sino de los sujetos que estos señores imponen en las altas instancias de la judicatura.

Es evidente que, con personajes de esta calaña controlando la Justicia, les ha ido muy bien en muchos casos por el sencillo método de dilatar las instrucciones y forzar la prescripción del delito, permitiendo que los infractores se queden con lo sustraído por el morro. Recordemos el caso Funeraria de Madrid, con Esperanza Aguirre y Álvarez del Manzano a la cabeza. Rita ya se ha apuntado al carro diciendo que todos los del PP están indefensos. Sólo falta el señor Fabra exigiendo Justicia para que la falla esté completa.
Es muy grave que esta sea la visión que tiene el PP de lo que debe ser un Estado de Derecho. Con esta defensa general de latrocinio organizado se están convirtiendo en el principal partido de la oposición "al sistema democrático".

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