Asuntos & cuestiones

Independencia judicial

La renovación del Tribunal Constitucional se vuelve a aplazar. Por otra parte, el Consejo General del Poder Judicial ha iniciado una ronda de renovaciones en Tribunales Superiores de Justicia de distintas comunidades. Lo que se evalúa en estas decisiones no es sólo la cualificación profesional de los candidatos, sino también su adscripción a las distintas corrientes o asociaciones en las que se mueven los magistrados, todas, menos una, de corte conservador o muy conservador. La renovación del Tribunal Constitucional parece casi imposible porque su utilización política le ha convertido en una herramienta fundamental que opera por encima de la voluntad popular anulando leyes aprobadas en el Congreso.

Hemos visto cómo en el mismo seno del tribunal existen interpretaciones opuestas dependiendo, exclusivamente, del signo político del magistrado. Esa y no otra es la razón por la que el Partido Popular, teniendo mayoría de magistrados afines, prolonga hasta el infinito la actual composición. Estas acciones dificultan la credibilidad de la Justicia cuando manifiesta su independencia al perseguir a un magistrado que denunció la corrupción política y moral en la que estaban sumidos nuestros jueces durante la dictadura, donde participaban en juicios sumarísimos en los que se condenaba a muerte a decenas de personas, así como –y creo que esto le ha escocido todavía más– en el secuestro de miles de niños que fueron adjudicados a otros padres con la colaboración de instituciones religiosas encargadas de borrar su pasado y adjudicarles nuevos apellidos.
Al amenazar con bloquear la renovación, se jactan de tener al tribunal de su lado, y no les falta razón.

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