Asuntos & cuestiones

Situación de alarma

Una vez más, por desgracia, hay que volver al caso Gürtel.
Cuanto más se precisan los beneficios que obtuvieron los miembros de la red sobornando a políticos, más se cierran las filas del PP legitimando estas conductas, y más se aleja la Justicia del caso. La supuesta ilegalidad de las escuchas policiales a los procesados y sus abogados está siendo la llave que abre la puerta de salida para los acusados, que piden la nulidad del proceso.

Es lógico que el reo intente evitar la acción de la Justicia con todo tipo de maniobras, pero algo deberían haber aprendido los responsables de administrarla del magnífico resultado que este tipo de estrategias ha producido en el pasado, e intentar que prime el derecho de la ciudadanía expoliada frente a las trampas de las bandas organizadas.

Como hemos visto, estas sociedades creadas para robar no parecen sentirse amenazadas por parte del sistema; de hecho, sus cabezas visibles fueron invitados de honor en aquella boda de Estado que celebró el señor Aznar en el Escorial, y perfeccionan su modus operandi para aumentar el botín.

Sería vergonzoso, aunque no novedoso, que por una cuestión de forma el mayor escándalo de corrupción de nuestra historia reciente se saldara con un carpetazo que vienen reclamando no sólo los presuntos delincuentes, sino, y esto es lo más grave, también el PP que, según todos los sondeos, va a arrasar en las próximas elecciones generales y afirma sentirse perseguido por una maniobra antidemocrática.
No estaría de más que los jueces fueran tan sensibles a estas maniobras dilatorias como lo están siendo con el juez que destapó el caso.

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