Asuntos & cuestiones

Estar en política para trincar

La corrupción entre las filas del PP no es puntual, está escandalosamente extendida, con el beneplácito de la dirección del partido que, en lugar de castigar estas acciones, niega lo evidente y exige presunción de inocencia para los procesados. Todos pudimos ver cómo un alcalde, al salir de la comisaría, gritaba que en la república bananera de Zapatero los etarras están en la calle y las personas decentes en prisión (lo de decente lo decía por él). Nunca he visto una frase tan imprecisa. Esto no es una república, los etarras no salen a la calle, salían más con el anterior Gobierno, y las personas decentes no están en la cárcel, sino sorprendidas al ver a servidores públicos voceando tonterías sin tener en cuenta la responsabilidad que entraña el cargo que ostentan, gracias al cual se han enriquecido de forma ilegal a costa del desprestigio del sistema democrático, que a muchos nos importa, y mucho, porque nos va la libertad en ello.

Nadie, aunque parezca mentira, de ese partido que pretende gobernarnos a todos, a los que roban y a los que estamos en contra, reaccionó ante tamaña estupidez. Nadie desautorizó a este sujeto que se permite hablar así del presidente del Gobierno de España, el mismo que anda dando la cara en los foros internacionales por el presidente de honor del PP cuando le llaman fascista. Presidente de honor que no desperdicia la ocasión de insultar al presidente electo en cada conferencia, foro o televisión extranjera (ver en Internet la entrevista de Aznar en la BBC). Ese mismo ex presidente que cerró la fiscalía anticorrupción al privarla de presupuesto, y legitimó la razón de la vocación de servicio de muchos de los suyos: entrar en política para forrarse (Zaplana dixit).

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