Balagán

Acciones en la mala dirección

El martes Israel demolió seis viviendas, algunas levantadas con estructuras bastante precarias, en la zona palestina ocupada de Jerusalén. Hacía ocho meses que no ocurría algo así. Netanyahu había aceptado tácitamente la suspensión de las demoliciones y nada indicaba que fuera a cambiar de opinión ahora. Sin embargo, la acción del martes revela una vez más hasta qué punto los israelíes parecen considerar que son necesarias las "provocaciones", como en otras ocasiones lo han llamado los aliados de Israel, incluidos los Estados Unidos.

Pero esto no es todo. Si eso ocurría el martes, un día antes, es decir el lunes, Israel aprobaba la construcción de 32 viviendas para colonos judíos en el asentamiento de Pisgat Zeev, que está también en el sector ocupado de Jerusalén. El diario Maariv se preguntaba si el "nuevo clima" positivo que ha creado la reciente visita de Netanyahu a Washington está tocando a su fin apenas una semana después.

Es sabido que Obama había apostado personalmente por la congelación de la construcción judía en los territorios ocupados y Netanyahu había aceptado una congelación temporal de varios meses que todavía no ha expirado, así que vale preguntarse ¿por qué Israel se dedica ahora repentinamente a construir más viviendas para sus colonos en Jerusalén? ¿Y por qué demuele repentinamente casas palestinas en Jerusalén? Una respuesta posible es que Israel necesita la tensión permanente, y cuando no la hay, la crea. Lo importante es que la tensión esté siempre presente, cuanto más mejor. Posiblemente a esa conclusión han llegado los líderes israelíes. Y probablemente no es una conclusión nueva, sino que está muy arraigada en la historia de Israel.

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