Balagán

Aznar en Jerusalén

José María Aznar ha leído esta semana una conferencia ante 200 delegados que se reunieron para almorzar y escucharlo en Beit Shmuel, en pleno corazón de Jerusalén, invitados por el Congreso Judío Mundial, una de las organizaciones judías más influyentes y polémicas. El ex presidente del Gobierno español se ha convertido en un personaje muy buscado en este país. Cada pocos meses reaparece y expone un punto de vista estratégico sobre lo que ocurre en el mundo, un punto de vista que es bastante neoconservador y que algunos califican de islamófobo.

Para Aznar, Israel constituye la primera línea del frente que el mundo occidental mantiene con el mundo musulmán. Sostiene que si cae Israel, caerá todo el mundo occidental poco después, junto con sus valores. Por lo tanto, los occidentales hemos de defender a Israel. Él mismo acaba de crear la Friends of Israel Initiative, una especie de lobby judío transnacional cuya principal característica es que está integrado por miembros no judíos ni israelíes.

La deriva proisraelí de Aznar, que ha ido haciéndose más pronunciada en los últimos años, tal vez arranca de su amistad con el ex presidente George Bush. Los neoconservadores que rodearon a Bush hijo y que tuvieron un gran ascendiente en la política exterior de Estados Unidos durante su mandato, también influyeron en personajes como Aznar. Todos ellos mostraron siempre una sólida querencia por Israel y un distanciamiento enorme del mundo islámico y árabe.

Parece que Aznar no puede tolerar la emigración árabe y musulmana a Europa. Se pronunció en este sentido durante la Conferencia en Beit Shmuel. En su opinión, la presencia masiva de musulmanes en Europa pone en peligro la "civilización judeo cristiana", un concepto muy socorrido que no me parece que se sustente sobre una base firme.

La parte más interesante de la Conferencia fue la crítica abierta al presidente Barack Obama, a quien Aznar acusó de aliarse con elementos hostiles a Occidente, en referencia a los países árabes y musulmanes, y de falta de liderazgo. Nunca le había oído decir cosas semejantes. Sin embargo, los delegados del Congreso Judío Mundial, que aparentemente tampoco valoran mucho a Obama, acogieron a Aznar con gran calidez y le ovacionaron en varias ocasiones.

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