Balagán

Ganando tiempo

La prensa hebrea publicaba ayer el contenido de lo que el jueves trataron en Washington el primer ministro Binyamin Netanyahu y la secretaria de Estado Hillary Clinton. Y de lo publicado no se desprende nada positivo. La Clinton es probablemente la política más proisraelí de la administración Obama, y eso que en Washington abundan los simpatizantes de la causa sionista. Clinton fue senadora por Nueva York y en sus campañas destacaba continuamente su vinculación a Israel y a la comunidad judía de la gran manzana, y además no faltaba nunca a las manifestaciones proisraelíes y se apuntaba a todo lo que tuviera que ver con Israel.

Pues bien, Clinton presentó a Netanyahu un plan que el primer ministro no puede rechazar. Ya lo ha presentado a su gobierno, lo hizo ayer, y en medios políticos se da por seguro que se aprobará pronto. En el plan todo son concesiones a Israel. Por un lado se le pide a Netanyahu que declare una moratoria adicional de tres meses en la construcción en Cisjordania. Netanyahu se hace el remolón y entonces Clinton le ofrece el oro y el moro. Netanyahu dice que lo consultará con el gobierno y que será el gobierno quien dé el visto bueno. Y parece que esto es lo que va a ocurrir.

Lo de la moratoria no tiene ni pies ni cabeza. La moratoria de diez meses que terminó en septiembre no sirvió de nada. Israel continuó construyendo en los territorios ocupados. Las colonias judías florecen por todas partes, y las obras públicas no se quedan atrás. Las excavadoras no paran de construir carreteras para los colonos en Cisjordania. Y desde septiembre, cuando terminó la moratoria, se ha iniciado la construcción de más casas en las colonias que en todo 2009. Mientras esto ocurre, los estadounidenses le prometen a Israel todo tipo de beneficios. ¿Hay alguien que lo entienda?

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