Balagán

Indignación

Los indignados israelíes llevan varias semanas exigiendo "justicia social". Ha-am doresh tsedeq jevrati (El pueblo exige justicia social) está siendo la consigna más coreada en sus manifestaciones, que han tenido lugar en las 13 principales localidades del país, incluidas Tel Aviv y Jerusalén. La cosigna se canta con la misma musiquilla que se ha hecho popular en el mundo árabe, en Túnez, Egipto y Siria principalmente, durante los últimos meses, Al-shaab yurid isqat al-nidam (El pueblo quiere la caída del régimen).

Los indignados israelíes han plantado tiendas de campaña en varias ciudades, imitando lo ocurrido en España y en la cairota plaza Tahrir, y se están organizando y marcándose objetivos. Ayer celebraron varias asambleas en las que discutieron sus demandas, unas demandas que quieren presentar directamente ante el primer ministro, aunque Netanyahu por el momento no parece dispuesto a recibirlos y ha sugerido la creación de un comité ministerial para que trate con ellos.

Los indignados tienen muchas demandas, aunque por el momento están haciendo hincapié en los precios de la vivienda, tanto la de alquiler como la de venta, y realmente éste es un problema grave que afecta especialmente a los jóvenes, aunque no sólo a ellos.

Tiene gracia que una cuarentena de ministros y diputados israelíes se dirigieran ayer a Netanyahu instándole a que resuelva el problema inundando de viviendas baratas la Cisjordania ocupada, incluido el sector ocupado de Jerusalén, viviendas para indignados. La iniciativa dice bastante de cómo piensan muchos políticos, y también israelíes de pie, que creen que los territorios palestinos son suyos. De hecho, construyen y construyen allí continuamente y la comunidad internacional no hace nada para evitarlo.

La pasividad constante de la Unión Europea y de Estados Unidos constituye el principal obstáculo para la paz.

Más Noticias