Balagán

Cuarenta y cinco días

El informe Goldstone de 2009 imputó a Israel crímenes de guerra, y posiblemente contra la Humanidad, durante la invasión de la franja de Gaza en la operación Plomo Fundido del invierno anterior.

En esa operación, la peor parte se la llevó la familia Shimuni, que perdió a decenas de sus miembros de todas las edades en un ataque israelí contra el lugar donde los mismos soldados israelíes habían encerrado a la familia poco antes.

En Plomo Fundido murieron del orden de cientos de niños y mujeres palestinos pero el informe Goldstone no consiguió que Israel asumiera su responsabilidad por los crímenes que según el informe se cometieron.

Tres años y medio después, un tribunal militar de Yafa ha decidido que un sargento israelí pase 45 días en prisión por la muerte de una mujer de 64 años y de su hija de 37, que fueron abatidas con su fusil de asalto M16, de fabricación estadounidense, cuando portaban una bandera blanca e iban en un grupo de 31 personas de las que 21 eran niños.

La sentencia es el resultado de una negociación entre el abogado del Ejército y el abogado del sargento culpable, que de mutuo acuerdo han decidido que se le condene solamente por el "uso ilegal" del arma y no por la muerte de las dos mujeres.

El nombre del sargento, que pertenecía a la unidad Guivati, una de las más temidas por los palestinos, no se ha revelado para evitar complicaciones legales en el extranjero en el caso de que alguna organización foránea decida denunciarlo.

Mediante el acuerdo, la fiscalía ha renunciado a acusar al sargento de "homicidio" y tan solo lo hace responsable del "uso ilegal" del armas, lo que comporta una sanción menor.

"Quiero volver a mi vida normal, quiero trabajar y viajar como han hecho mis compañeros", ha dicho el sargento.

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