Balagán

Alto el fuego en Gaza

Dos israelíes de cierta edad que conozco eran partidarios de invadir la franja de Gaza sin escrúpulos, pero los dos han cambiado de opinión rápidamente cuando el Ejército ha llamado a filas a familiares suyos.

Los reservistas, con sus tanques y blindados, siguen yendo a la frontera y esperan la orden del primer ministro. Binyamin Netanyahu sabe que la mayoría de los israelíes está a favor de la invasión -el 85 por ciento, según un sondeo-, pero al mismo tiempo teme que las cosas se le vayan de las manos cuando solo faltan dos meses para unas elecciones en las que según todos los sondeos va a arrasar.

Estos días todo el mundo se pregunta qué decidirán Netanyahu, su ministro de Defensa Ehud Barak, y su ministro de Exteriores Avigdor Lieberman. Éste último tiene claro que hay que aplastar a Hamas al precio que sea, mientras que los dos primeros se debaten entre unas consideraciones y otras, aunque muy pronto tendrán que tomar una decisión.

Para observar un alto el fuego Hamas exige a Netanyahu que se comprometa a no asesinar a sus líderes y milicianos, como ha venido haciendo hasta ahora, y a levantar el asedio que pesa sobre Gaza.

Netanyahu responde que el alto el fuego debe ser incondicional, y que después ya habrá tiempo para hablar de otras cuestiones.

La mediación que lleva a cabo Egipto ha estado hasta hoy bloqueada porque unos y otros no parecen dispuestos a ceder. No obstante, Israel y Hamas han seguido hablando a los mediadores en El Cairo.

Por su parte, Barack Obama dijo ayer que preferíría que Israel no entrara en Gaza. Las relaciones entre Obama y Netanyahu son frías, y el presidente americano ha pedido a los europeos que intenten llegar a un acuerdo con Israel.

Un buen indicio es que Netanyahu, Ehud Barak y otros altos funcionarios israelíes han dicho que el objetivo de la operación es acabar con los cohetes y no acabar con Hamas, aunque los objetivos podrían cambiar si finalmente Israel entra en la franja de Gaza.

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