Balagán

Diáspora y soberanía

La profesora Judith Butler, uno de los intelectuales más citados de Estados Unidos, acaba de publicar Parting Ways. Jewishness and the Critique of Zionism, donde arremete académicamente contra el sionismo. Ella misma se define como una antisionista partidaria del boicot, la desinversión y las sanciones contra el Estado judío mientras siga ocupando los territorios palestinos.

En el libro denuncia la violencia de estado de Israel y defiende que cada individuo pertenece a numerosos grupos, algo que considera positivo y contrario a las ideologías que buscan encorsetar a las personas.

Sostiene que la existencia de los judíos en la diáspora les otorga automáticamente una ética más desarrollada que la de aquellos otros judíos israelíes que se alinean con una soberanía territorial y política, "porque es prácticamente inevitable que la soberanía inhabilite a uno a reconocer las necesidades y los derechos de los demás", dice el comentarista que critica el libro en el diario Haaretz.

"Construir una nación-estado invariablemente significa que el grupo dominante se reserva la opción de decir que no quiere vivir con otros (...) El valor central del sionismo que ve a Israel como un estado judío invariablemente conduce a la injusticia hacia las minorías, y en particular, por supuesto, hacia los palestinos".

Esta acttitud queda muy patente en Israel, donde el nacionalismo se va agudizando conforme pasa el tiempo y los derechos de las minorías se vulneran sistemáticamente. El mundo entero es consciente de esta orientación y sin embargo los gobernantes occidentales prefieren ignorarlo para no entrar en conflicto con Israel y Estados Unidos. Quienes acaban pagando los platos rotos por otros son los palestinos, mientras que los sionistas se benefician en la confusión general que se transmite a Occidente desde Israel.

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