Balagán

Obama llama a Netanyahu

El lunes Obama llamó al primer ministro Netanyahu. El presidente descolgó el teléfono seis días después de las elecciones israelíes para felicitar a Netanyahu. Seis días es mucho tiempo, pero más vale tarde que nunca.

En Israel se destaca que Obama es el primer aliado occidental de Netanyahu que le llama. De hecho, ningún otro líder occidental le ha llamado hasta ahora a pesar de que la coalición Likud Beitenu venció claramente en las elecciones de hace una semana.

En el entorno de Netanyahu dicen que esto es algo "natural" puesto que lo lógico es que las llamadas se produzcan cuando Netanyahu acabe de formar el gobierno.

Obama y Netanyahu están condenados a convivir durante los próximos cuatro años. Israel no es un país más. En Estados Unidos posee un poder excepcional a través del lobby judío y a Obama le toca llevarse bien con Netanyahu.

Estos días el lobby, a través de otras organizaciones y particulares, ha puesto en marcha una campaña contra los recientes nombramientos de Obama, y más concretamente contra el candidato a secretario de Defensa.

Detrás de esta campaña parece estar, entre otros, Sheldon Adelson, el magnate del juego en Las Vegas que ha donado decenas de millones de dólares a los candidatos republicanos durante las recientes elecciones americanas. Adelson posee además un diario gratuito en Israel que trata con guante de seda a Netanyahu.

Obama le dijo a Netanyahu que espera poder trabajar con él para reactivar el proceso de paz con los palestinos, algo que constituye una prioridad para Washington pero no para Israel, al menos no para el Israel de Netanyahu.

La química entre Obama y Netanyahu es mala, y no parece que el presidente de Estados Unidos tenga la fuerza suficiente para presionar a Israel a llegar a un acuerdo con los palestinos, es decir a retirarse de los territorios ocupados, y sin presiones no habrá ningún progreso en esta cuestión capital para Oriente Próximo.

Por otra parte, los demás líderes occidentales, es decir europeos, no sacarán nada si no llaman a Netanyahu para felicitarle. La única vía posible para adelantar sus intereses pasa por la presión, y ya se ha visto que los europeos tampoco están por la labor.

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