Balagán

Brotes de violencia

Las últimas semanas han visto numerosos incidentes en los territorios ocupados. Los palestinos corrientes están cansados de una situación que solo les ofrece humillación y vejaciones, y que se prolonga año tras año, de hecho empeora año tras año, mientras Israel les roba la tierra sin que la comunidad internacional haga nada para hacer cumplir las leyes.

Mahmud Abás ha convertido Cisjordania en una balsa de aceite. Durante 2012 no murió ningún israelí en los territorios ocupados, algo que no había ocurrido nunca desde el inicio de la ocupación en 1967, pero en lugar de que esa circunstancia sirviera para obligar a Israel a cumplir las resoluciones internacionaeles, Occidente se ha limitado a cruzarse de brazos y mirar para otra parte.

El malestar que reina en Cisjordania es grande. Esta semana los palestinos observaron una huelga general de un día para protestar por la muerte de un prisionero que falleció recientemente de cáncer. El preso, de Hamas, había sido condenado a cadena perpetua hace más de una década por su implicación en la preparación de un atentado que nunca se cometió.

En la madrugada de ayer dos jóvenes de 16 y 17 años fueron abatidos por una unidad militar integrada por judíos religiosos que abrieron fuego para repeler el lanzamiento de un cóctel molotov. Los entierros de ayer suscitaron protestas generalizadas en todos los territorios ocupados.

En las circunstancias actuales cabe preguntarse hacia dónde vamos. El secretario de Estado John Kerry tiene previsto llegar el sábado a la región con la intención de acabar con la parálisis y facilitar la renovación de las negociaciones. Sin embargo, no hay lugar para el optimismo puesto que las dos partes se han dicho todo lo que tenían que decirse más de cien veces, y no se ha avanzado ni un ápice.

El presidente Abás ha prometido a los americanos no acudir por ahora a los foros internacionales en los próximos meses, para dar a Washington la enésima oportunidad. Ahora bien, es una promesa temporal que terminará si Israel inicia obras para millares de viviendas en la zona E-1, al este de Jerusalén.

Los brotes de violencia de las últimas semanas, que responden a la ocupación militar y a la desposesión, indican que la población palestina está harta, harta, entre otras cosas, de que la comunidad internacional no le escuche.

Es muy probable que la violencia no se incremente significativamente si Abás no lo quiere, aunque Abás no podrá mantenerse en el poder durante mucho tiempo si las cosas siguen deteriorándose.

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