Balagán

Antecedentes

En la prolongada trayectoria militar del mariscal Abdel Fattah al Sisi figuran dos hechos que probablemente han influido notablemente en Egipto desde el golpe de estado que él mismo protagonizó en julio pasado, y que sin duda seguirán jugando un papel importante cuando sea elegido presidente del país en los próximos meses.

Sisi fue durante años jefe de los servicios de inteligencia militar, desde donde mantuvo unas estrechas relaciones con sus colegas israelíes, y estuvo destinado como agregado militar en Arabia Saudí.

Tanto Arabia Saudí como Israel han sido sendos pivotes en la política egipcia en los últimos meses.

Lo que Sisi ha ofrecido a cambio es una neutralidad absoluta en la política interior de Arabia Saudí, así como la defenestración de los Hermanos Musulmanes, es decir del llamado "islam político" que tanto teme Riad.

Con respecto a Israel, Sisi ha destruido más de 1.300 túneles que comunicaban la franja de Gaza con Egipto y ha emprendido una política de acoso y derribo contra Hamas.

A cambio, los saudíes han llenado las arcas vacías de Egipto con generosas ayudas económicas, mientras que los israelíes han defendido el golpe ante sus aliados occidentales. En otras palabras, Sisi se ha garantizado la bendición financiera y política de dos socios muy poderosos.

Durante la breve presidencia de Mohammed Morsi, que fue quien lo aupó a ministro de Defensa, Sisi dijo que el ejército no volvería a meterse en la política. Poco después, durante los enfrentamientos de noviembre de 2012 entre seguidores y opositores de Morsi, reiteró que el ejército pertenece al pueblo y no iba a entrar en política.

Después de la caída de Morsi que él provocó, Sisi dijo que no aspiraba a ocupar la presidencia de Egipto. Sin embargo, a principios de marzo ya declaró abiertamente que no podía ignorar las demandas del pueblo.

Lo que ha quedado del pueblo pueblo egipcio, después del desmantelamiento de los islamistas, está en gran parte a favor de Sisi. Esa parte del pueblo quiere estabilidad y que las cosas funcionen, y cree que solamente Sisi puede responder a esas demandas.

De ahí que su victoria en las próximas elecciones presidenciales esté fuera de toda duda. Y puede adelantarse que su gobierno será bastante similar al de Hosni Mubarak, aunque Sisi ya ha dejado claro que no habrá ningún tipo de tolerancia con los islamistas.

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