Balagán

Alianza

A estas alturas no deberían sorprender las declaraciones que ha hecho el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman acerca de los contactos que Israel mantiene con Arabia Saudí y con otros países árabes "moderados", es decir sunníes.

Lieberman ha hablado por primera vez en concreto de Arabia Saudí y Kuwait, aunque ha dado a entender que hay más países "moderados" en contacto con Israel.

Saudíes y kuwaitíes han rechazado las declaraciones de Lieberman pero ese rechazo no tiene credibilidad.

La llamada "primavera árabe" ha sido el catalizador de esos contactos. De repente se ha hecho más obvio que los intereses de Israel y de los países árabes sunníes "moderados" coinciden plenamente.

Puede decirse que Israel y Arabia Saudí son las grandes potencias regionales que están alentando los procesos "democratizadores" que han surgido como consecuencias de la "primavera árabe".

El caso de Siria es paradigmático. Saudíes e israelíes persiguen desaforadamente la implantación de la "democracia" al coste que sea, que como sabemos está siendo muy alto, de por lo menos 150.000 muertos y de ocho millones de refugiados y desplazados en tres años. Estas cifras, que no están nada mal, no deberían preocupar cuando el sublime objetivo es implantar la "democracia".

La alianza con Arabia Saudí no se reduce a Siria. En Egipto también coinciden sus intereses y ambos aúnan las fuerzas detrás de Abdel Fattah al Sisi y en contra del islam político, en este caso sunní.

Pero por encima de todo están Irán y los chiíes en general. Muchos sunníes, con Arabia Saudí a la cabeza, aborrecen a los chiíes, y los israelíes han sabido aprovechar esta coyuntura de odio para plantar cara a los chiíes de la mano de los saudíes en Irán, Irak, Siria y Líbano.

"Por primera vez hay una comprensión (en Oriente Próximo) de que la amenaza real no es Israel, los judíos o el sionismo, sino Irán, la yihad global, Hizbola y Al Qaeda", ha dicho ufanamente Lieberman.

Y con respecto a la aproximación a los países sunníes "moderados", Lieberman ha sido muy claro: "Hay contacto, hay conversaciones, y nos acercamos a un estadio en el que en el plazo de un año o dieciocho meses ya no serán secretos sino que se conducirán de una manera abierta".

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