Balagán

Lo que piensan muchos palestinos

Una grabación de audio que está circulando desde hace por lo menos una semana por los territorios palestinos recoge unas declaraciones muy duras del jefe negociador, Saeb Erekat, sobre el presidente Mahmud Abás.

Erekat ha salido al paso diciendo que sus palabras se han sacado de contexto y que la grabación es producto de un montaje que reúne declaraciones realizadas en 16 o 17 ocasiones.

Sin embargo, sus polémicas palabras tal como se han divulgado, aunque duras, reflejan lo que piensa una gran parte de los palestinos, que día a día ven cómo Israel sigue ampliando las colonias judías a buen ritmo mientras Abás permanece con los brazos cruzados.

En la grabación Erekat llama al presidente "cobarde" y le reprocha que no recurra a los organismos internacionales para poner fin a los crímenes de guerra que Israel comete sin descanso en los territorios ocupados.

Erekat considera que el primer ministro Binyamin Netanyahu está obrando de mala fe y está cometiendo crímenes de guerra sin descanso, y que Abás no hace nada. De hecho, muchos palestinos consideran que la actitud de Abás es la propia de un colaboracionista. Erekat agrega que Abás no escucha cuando se le habla de estas cuestiones.

Los israelíes "te humillan y los árabes no creen en ti", le dice Erekat haciéndose eco del malestar general que prevalece entre los palestinos. Y añade que Abás está equivocado si piensa que Netanyahu va a firmar un acuerdo.

Erekat denuncia que los planteamientos de Abás no tienen ninguna utilidad, y le pide al presidente que use las cartas que tiene en su poder, en aparente alusión al Tribunal Penal Internacional.

Ayer Erekat dijo que el miércoles y el jueves se reunió con Abás y que el presidente se rio del audio y le dijo que la grabación no iba a alterar sus relaciones.

Abás sustituyó a Yaser Arafat cuando este murió en 2004. En estos diez años el panorama de los palestinos se ha deteriorado sensiblemente y Abás no ha hecho absolutamente nada más que recibir puntualmente la ayuda económica de Occidente y de algunos países árabes sin adoptar ninguna medida para acabar con el conflicto.

En los territorios ocupados la situación se mantiene de manera artificial y cuanto más tiempo pasa más peligro corre de estallar. Si no lo ha hecho todavía es debido a la cuantiosa ayuda financiera del exterior, aunque esa calma artificial es la que permite a Israel seguir expandiendo la ocupación sin ningún límite.

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