Balagán

Una crisis imposible

The Wall Street Journal contaba ayer que la administración americana ha congelado la entrega de misiles Hellfire al ejército israelí. La razón, según el periódico, es que los israelíes pidieron los misiles directamente al Pentágono y no a la Casa Blanca o el departamento de Estado, como debería haber sido, y que esto sentó mal a Obama y Kerry.

Esta publicación ha dado paso a que se hable por enésima vez de una crisis personal entre Obama y Netanyahu. Sin embargo, esto no tiene otro sentido que no sea el de llenar las páginas de los periódicos. De esta crisis imposible, ayer se hicieron un sinfín de comentarios.

Es curiosa la explicación que da el anterior embajador de Israel en Washington para explicar la sumisión americana a Israel. "América es el país más religioso del mundo industrializado. La gente lo olvida, pero la gente en Estados Unidos va a la iglesia, y la gente mantiene una fuerte conexión con Israel a través de la fe", dice Michael Oren.

Por supuesto, Oren no se refiere a una cuestión crucial: la presión desmesurada del lobby judío sobre la administración americana. Esta presión desproporcionada no es nueva y condiciona toda la política exterior de Estados Unidos, y muy especialmente la política con respecto a Oriente Próximo.

Se ha escrito que el Congreso y el Senado son en realidad mecanismos que actúan con movimientos reflejos en función de las directrices que sus miembros reciben del lobby judío, que a su vez recibe directrices precisas de Israel.

Sobre este asunto se han escrito un sinfín de artículos y algunos libros en los que se revela el funcionamiento de un lobby que es capaz de conseguir que cuando el Senado vota algún tema sobre Israel se gane, no por mayoría absoluta, sino por 100 votos contra cero.

Es muy posible que lo que Oren atribuye a la espiritualidad de los americanos tenga un origen más sórdido, y que en realidad sean los billetes de dólar, que también tienen un diseño muy religioso, con los que se unta continuamente a los legisladores americanos por medio de donaciones, los que expliquen esa fidelidad del Congreso y del Senado que está a prueba de bombas, y nunca mejor dicho.

Que no cunda el pánico: en la próxima guerra contra Gaza, Israel tendrá sus arsenales llenos de misiles Hellfire y de todas las bombas que necesite.

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