Balagán

Guerra al Estado Islámico

La guerra de Estados Unidos contra el islam empezó a adquirir sus proporciones actuales con el desmoronamiento de la Unión Soviética a principios de los noventa.

El imperio parece necesitar permanentemente un enemigo grandioso y la caída de la URSS dejó un hueco que inmediatamente llenó la religión de Mahoma.

Con los atentados del 11 de septiembre de 2001, la política de enfrentamiento con el islam se aceleró. Al Qaeda, una organización relativamente minúscula y sin apenas recursos militares se convirtió en el diablo, a cuyo lado incluso palidecía el "eje del mal" del que tanto se hablaba, formado entonces por Siria, Irán y Corea del Norte.

Cuando se descabezó Al Qaeda con el asesinato de Osama bin Laden, y ya desde antes, esa organización no tuvo un seguimiento real considerable, pero fue puesta contra las cuerdas en las montañas de Afganistán y Paquistán, aunque muchos musulmanes se alegraron de las diabluras que cometió.

Pero he aquí que la larga mano de los Estados Unidos y de sus aliados europeos y árabes que forman el "eje del bien" destrozaron Oriente Próximo para introducir la "democracia" a la región al coste que fuera.

Ciertamente, el coste ha sido muy alto, pero por lo menos ahora tenemos unas vibrantes democracias en Libia, Egipto, Siria e Irak, por no hablar de Arabia Saudí, Afganistán o Jordania. Es verdad que son democracias demasiado vibrantes, pero eso es un problema insignificante.

Uno de los variopintos resultados de las vibraciones democráticas ha sido el Estado Islámico, la organización islamista que anda suelta por ahí rebanando el cuello a los periodistas americanos e israelíes, y que según algunos medios malintencionados, a los que no se debe hacer caso, no eran solo periodistas.

Pues bien, el presidente Obama está montando una coalición global para combatir al Estado Islámico. Si antes se destinaron miles de millones de dólares para crear el ambiente propicio para la creación del Estado Islámico, ahora se van a destinar otras grandes cantidades de dólares para acabar con él. El dinero es lo de menos.

No hay que olvidar que una parte importante de la nueva alianza la componen los países árabes, algunos de los cuales también han sido decisivos a la hora de crear el monstruo.

Es de desear que esta última guerra contra Satanás tenga éxito pronto para que la democracia siga vibrando en la región.

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