Israel anunció el lunes la construcción de otras 500 viviendas en uno de los asentamientos judíos de Jerusalén, Ramat Shlomo, algo que estamos acostumbrados a oír cada mes cuando no cada semana.

Pues bien, enseguida han llegado las condenas. La de Estados Unidos dice: "Es desafortunado que después de la inequívoca y unánime posición de la comunidad internacional la pasada semana, oponiéndose a la construcción en Jerusalén Este, en este momento tan sensible las autoridades israelíes han elegido tirar adelante" con más viviendas para colonos.

Es bastante divertido dedicarse a adivinar qué palabras utilizarán Estados Unidos y la Unión Europea cada vez que Israel anuncia más construcciones, y los diccionarios más gruesos, esos de los diplomáticos, empiezan a agotarse en materia de calificativos que pueden aplicarse al respecto.

Pero también es divertido escuchar las respuestas de Israel. El ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, ha acusado a la UE de "cinismo". Tiene gracia entre otras cosas porque en cuestiones de cinismo Israel da más de veinte vueltas a la UE, aunque es verdad que la UE es bastante cínica con todo lo que tiene que ver con el conflicto de Oriente Próximo, y que sus líderes, grandes paladines de la democracia verbal, se lavan las manos con este conflicto desde hace décadas, o más exactamente desde el principio.

En fin, el departamento de Estado asegura que que la actividad colonial israelí es "ilegítima" cuando en realidad es lisa y llanamente "ilegal", que no es lo mismo.

En resumen, los israelíes pueden seguir adelante sin preocupación puesto que está claro que la comunidad internacional no hará nada para detenerlos. Tanto Estados Unidos como la UE nos tienen acostumbrados a sus palabras huecas en lo referente a Israel. Una y otra vez "condenan" la expansión colonial pero después de tantas y tantas "condenas" Israel ya ha logrado ocupar la mayor parte de Jerusalén oriental.