Balagán

Credibilidad europea

La credibilidad de la Unión Europea en Oriente Próximo es sencillamente inexistente. Lo ha sido así desde el principio y lo seguirá siendo así por un periodo indeterminado pero largo.

Es cierto que los pomposos enviados especiales europeos al conflicto israelo-palestino han sido numerosos y de todo pelaje, pero ninguno de ellos ha hecho que la credibilidad de la UE crezca. Naturalmente ellos no han tenido ni tienen la culpa pues son meras marionetas de los paladines democráticos europeos de turno, ahora Merkel, Cameron y Hollande.

El único pronóstico que tiene garantías de cumplirse es el de que Merkel, Cameron y Hollande caerán algún día, pero es seguro que la política europea no cambiará con otros líderes.

El diario Haaretz publicó ayer que la UE está preparando un borrador de sanciones contra Israel si "adopta decisiones en Cisjordania que puedan hacer imposible la solución de los dos Estados".

Es un documento "secreto" y "confidencial" que Bruselas ha distribuido entre los 28 miembros.

El caso es que el documento ya está en manos de Israel, que ha tomado cartas en el asunto.

¿Pero tiene alguna credibilidad este documento? Evidentemente tiene la misma credibilidad que la UE, es decir absolutamente ninguna.

Israel ha colonizado la mayor parte de la Cisjordania ocupada y sigue construyendo a destajo. Esto pasa desde hace décadas y no existe la menor indicación de que vaya a cambiar. ¿Qué quiere decir entonces que la UE sancionará a Israel si "adopta decisiones en Cisjordania que puedan hacer imposible la solución de los dos Estados"?

En fin, que Haaretz nos da cuenta de qué tipo de sanciones está preparando la UE y son de risa. Nada serio, desde luego.

Pero si la credibilidad de la UE es nula, ocurre lo contrario con la credibilidad de Israel, que ha seguido adelante con sus planes sistemáticamente durante décadas sin que nadie se atreva a toserle.

El ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, él mismo uno de los colonos judíos más recalcitrantes, ya ha respondido a ese borrador.

"No ha lugar para vincular las relaciones bilaterales de Israel con la UE a las relaciones entre Israel y los palestinos", ha dicho ufano Lieberman.

Está por verse a donde llega el mencionado documento, pero en función de la actitud tradicional de la UE, no es arriesgado decir que acabará en la misma papelera que sus enviados especiales.

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