Balagán

Casi dos años

De la política israelí se pueden decir muchas cosas pero no que sea aburrida.

Veamos el siguiente caso. El líder del partido Yesh Atid (Hay un Futuro), Yair Lapid, declaró ayer que después de haber pasado casi dos años en el gobierno de Benjamín Netanyahu no ha logrado saber cuál es su política "respecto a la seguridad".

Traduciéndolo del lenguaje israelí, lo que Lapid quiere decir es que no se ha enterado de cuál es la política de Netanyahu con respecto a los palestinos.

Lapid añade que ha acudido a todas las reuniones que el gabinete de seguridad restringido ha mantenido durante esos casi dos años, y ni por esas. Así que ahora que Netanyahu lo ha echado del gobierno (no ha sido él quien se ha ido) va y dice que no sabe cuál es la política de Netanyahu.

Recordemos que cuando Lapid metió a su partido en la coalición presumía de que uno de sus principales objetivos era lograr un acuerdo con los palestinos y que desde el gobierno iba a trabajar para conseguir ese objetivo.

¿Y qué ha hecho ese gobierno durante estos casi dos años en los que Lapid ha sido una de sus piedras angulares? La respuesta es muy sencilla: todo lo contrario. Lapid ha respaldado todas las tropelías que Netanyahu ha cometido.

Es cierto que Lapid ha concedido un montón de entrevistas a medios extranjeros "moderados" y "equilibrados" en las que ha declarado lo contrario, aunque muy tímidamente. Pero si repasamos lo que ha hecho durante estos casi dos años se puede resumir con la palabra "nada".

Contrariamente a lo que ahora dice Lapid con tanto cinismo, no es muy difícil ver que la política de Netanyahu con respecto a los palestinos, en los tres mandatos que ha tenido, ha sido nefasta. Y no debido a las coyunturas. Se ha practicado deliberadamente.

Pero ahora que vuelve a empezar la campaña electoral, Lapid vuelve a las andadas, y seguramente pronto concederá entrevistas a los medios occidentales "moderados" y "equilibrados" para cantar la misma milonga.

Existe la posibilidad bastante probable de que Lapid vuelva al gobierno de Netanyahu tras las elecciones de marzo y que la historia se repita.

Lapid pertenece, por méritos propios, a ese nutrido grupo de políticos israelíes que dicen una cosa cuando están en la oposición y hacen lo contrario cuando están en el poder, un grupo que fascina a los paladines democráticos occidentales "moderados" y "equilibrados".

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