Balagán

Boicot ineficaz

Un comité que incluye a todas las facciones palestinas anunció el lunes el boicot de los productos israelíes en Cisjordania.

El llamamiento incluye a algunas de las mayores compañías israelíes, como Tnuva, Strauss, Osem, Elite o Prigat, todas ellas fabricantes y distribuidoras de productos alimenticios.

El comité justifica el boicot argumentando que Israel ha cortado la transferencia a la Autoridad Palestina de los impuestos que recauda en nombre de los palestinos.

El corte de estas transferencias, que ya dura dos meses, es una respuesta a la decisión palestina de denunciar la ocupación en organismos internacionales, y está causando que la AP no pueda pagar los salarios de sus funcionarios.

Sin embargo, esta medida, el boicot, no tiene posibilidades de prosperar, básicamente porque los palestinos no pueden importar de ninguna otra parte sus alimentos.

No es la primera vez que los palestinos declaran un boicot de los productos israelíes y hasta ahora nunca ha funcionado. Como mucho el boicot ha durado algunos días, como ocurrió durante la última guerra de Gaza el verano pasado, pero al final a los palestinos no les ha quedado más remedio que volver a comprar los productos israelíes.

No funcionará este boicot de la misma manera que no funciona el boicot que hacen grupos occidentales a productos israelíes, que tiene más incidencia en los medios de comunicación que en la economía del estado judío.

El único boicot que podría tener repercusiones en el conflicto sería el de los estados occidentales, pero estamos muy lejos de una situación semejante.

El caso de Israel se parece al de Sudáfrica. Como recordó recientemente un funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, "lo que los negros sudafricanos no consiguieron en décadas de lucha, lo consiguió el boicot internacional en dos años".

Pero como la comunidad occidental no está por la labor, Israel puede sentirse fuerte para seguir expandiendo sus colonias en los territorios ocupados mientras los grandes líderes demócratas europeos miran para otro lado.

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