Los últimos atentados de Copenhague han suscitado una rápida reacción en Israel.

Varios altos funcionarios israelíes han dirigido un nuevo llamamiento a las comunidades judías de Europa para abandonen sus países y emigren a Israel inmediatamente. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha pedido una "emigración masiva".

Los atentados contra judíos se producen continuamente en Europa, especialmente tras las guerras que Israel lleva a cabo contra los palestinos. Este año pasado, por ejemplo, el número de atentados antisemitas creció significativamente tras la operación de 55 días contra la Franja de Gaza.

No cabe duda de que el problema del antisemitismo va más allá del conflicto israelo-palestino, pero de la misma manera tampoco cabe duda de que este conflicto, y la terrible injusticia que de él se deriva, inflama los ánimos de quienes ven que la injusticia no se resuelve cuando en realidad no sería tan complicado hacerlo.

El antisemitismo debe combatirse por todos los medios posibles y uno de ellos es justamente erradicar los fenómenos que lo suscitan, como es el caso de la ocupación israelí. Quizás este sería el primer paso a dar, aunque ya sabemos que los grandes líderes europeos dejan hacer a Israel todo lo que se le antoja.

Israel espera sacar partido del antisemitismo europeo en los próximos años con la inmigración de una buena parte de los judíos europeos, y en la Agencia Judía esperan que esa inmigración se acelere puesto que el antisemitismo no para de crecer.

En relación con la ocupación, más de 700 artistas británicos, incluidos escritores y directores de cine, han hecho un llamamiento al boicot cultural hasta que Israel ponga fin a la ocupación.

Muchos piensan que es un paso valiente en la dirección correcta. Algunos de los firmantes del documento han recordado que el boicot cultural obtuvo resultados en el caso de Sudáfrica.

Sin embargo, Sudfáfrica abandonó el apartheid no solamente a causa del boicot cultural sino a raíz del boicot de los estados occidentales, y esto no parece que vaya a ocurrir en el caso de Israel.