Israel y los palestinos han acordado instalar cámaras de video en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Benjamín Netanyahu dice que Israel podrá demostrar así que no está modificando el statu quo en la mezquita Al Aqsa.

La cuestión es si con el compromiso de las cámaras va a terminar el levantamiento palestino del último mes.

El acuerdo llegó el sábado, pero ayer continuaron los ataques contra los colonos israelíes en los territorios ocupados.

Todavía es pronto para ver qué consecuencias tendrá el acuerdo. Sin embargo, no es pronto para saber que Israel va a seguir construyendo en los territorios ocupados, lo que a día de hoy hace muy improbable un acuerdo de paz.

Hace solo unos meses Netanyahu declaró que mientras el Likud esté en el poder no cesarán las construcciones.

El objetivo de Netanyahu parece consistir en marear la perdiz mientras espera el cambio de inquilino en la Casa Blanca, lo que ocurrirá en enero de 2017.

Naturalmente, el levantamiento palestino es un incordio, pero no un incordio insoportable.

Netanyahu no tiene miedo a los palestinos. Lo único que le puede hacer temer es la comunidad internacional, pero Merkel, Cameron, Hollande y compañía no tienen el menor interés en resolver el conflicto.

La solución pasa necesariamente por una fuerte presión de la comunidad internacional sobre Israel, lo que no ha ocurrido hasta ahora ni va a ocurrir ahora.

El acuerdo de las cámaras en la Explanada de las Mezquitas es únicamente una maniobra para intentar calmar el levantamiento palestino, para mostrar a la comunidad internacional que Israel no tiene ningún interés en la violencia.

Y esto es cierto: Netanyahu no tiene ningún interés en la violencia y quiere acabar cuanto antes con el levantamiento, con el fin de poder mantener la expansión colonial en Jerusalén y en el resto de Cisjordania como hasta ahora.

Por su parte, el presidente Mahmud Abás tiene un objetivo parecido al de Netanyahu, pues aborrece el levantamiento palestino tanto como el primer ministro israelí, aunque no pueda expresarlo en público.