Balagán

Un Brexit agridulce en Israel

El referéndum del Reino Unido ha causado una sensación doble en Israel. Por una parte, por el lado político, ha suscitado satisfacción mientras que por otra parte, por el lado económico, ha suscitado incertidumbres.

En el lado económico se subraya que el 44 por ciento del comercio exterior de Israel se realiza con la Unión Europea, y se teme que el Brexit pueda sufrir un contagio en otros países y, sobre todo, puede causar una recesión económica en el Continente que sin duda iría en detrimento de sus exportaciones.

En cambio, en lo tocante al lado político es una buena noticia porque debilita la posición de Bruselas y en principio alejará la presión de Europa sobre el conflicto con los palestinos y la ocupación que ya dura medio siglo.

"Una Europa debilitada no es necesariamente una cosa mala para Israel, aunque ningún funcionario israelí se atreva a decirlo" públicamente, ha señalado un analista del Jerusalem Post.

Según este análisis, a partir de ahora Europa deberá dedicar más tiempo a sus problemas internos y a reajustar su política interior, de manera que tendrá menos tiempo para meter las narices en otras regiones como Oriente Próximo, y esto significará que Israel podrá seguir como hasta ahora incrementando la ocupación de los territorios palestinos sin temor a que los europeos pasen a la acción.

En cuanto a la dimisión del primer ministro David Cameron, en principio es una mala noticia ya que Cameron ha sido un "amigo consistente" de Israel. Solo unas horas antes del referéndum, en el final de la campaña, Cameron singularizó a Israel diciendo que la permanencia del Reino Unido en la UE era positiva para el Estado judío.

Sin embargo, los políticos que cuentan con más posibilidades de sustituirle son por lo menos tan proisraelíes como Cameron, se sañala en Israel. Es el caso de Boris Johnson y de George Osborne, que no pierden ninguna oportunidad de expresar su apoyo incondicional al Estado judío.

Osborne, por ejemplo, fue una de las voces más críticas con la jurisdicción universal que tuvo en jaque a dirigentes israelíes durante muchos meses, sin que pudieran entrar en el Reino Unido para no ser entregados a los tribunales por crímenes de guerra. Osborne y sus aliados consiguieron acabar con la jurisdicción universal para regocijo de Israel.

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