Balagán

António Guterres y el juego democrático

El nivel de entrega del secretario general de la ONU, António Guterres, a las causas israelíes es sorprendente incluso para los parámetros de dirección de las Naciones Unidas.

En apenas unos meses Guterres se ha implicado en distintos asuntos relacionados con Israel, desautorizando a sus subordinados o lavándose las manos en la conmemoración del 50 aniversario de la ocupación de los territorios palestinos por parte del Estado judío.

Pues bien, Guterres acaba de anunciar que en agosto visitará los territorios ocupados. La misteriosa agencia palestina Sama, vinculada al peligroso Mohammed Dahlan, exiliado en Egipto, ha dado cuenta del anuncio diciendo que el secretario general de la ONU es partidario de volver a la línea verde del 4 de junio de 1967.

Naturalmente, no hay ninguna constancia de que esto sea cierto. Es más, la corta trayectoria de Guterres desde que fue designado-elegido secretario general va en una dirección muy diferente, y no faltan los ejemplos que así lo hacen ver.

Guterres no es más que otra pieza en el engranaje del "juego democrático liberal" de los líderes de Estados Unidos, la Unión Europea o la ONU que se reparten el mantenimiento de un orden que poco tiene que ver con la justicia, donde en realidad la justicia es lo que menos importa, en este caso la justicia con respecto a los palestinos.

De manera que el portugués ha elegido el mes de agosto para visitar a los palestinos. No hay que ser un lince para ver que cuando esté en Ramala hará alguna que otra declaración sentida con respecto a la ocupación, pero que no quepa la menor duda de que las acciones que ha hecho hasta ahora desde Nueva York no tienen absolutamente nada que ver con la justicia.

De todos modos, y en favor de António Guterres, se debe decir que él no es alguien excepcional sino otra pieza en el engranaje que lo mismo vende armas masivamente a los países del tercer mundo que permite la constante colonización israelí de los territorios ocupados.

Guterres es simplemente una pieza más del juego democrático liberal.

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