Balagán

Jerusalén este, un verdadedor caos

El ministro israelí Zeev Elkin, del Likud, dejó caer ayer la existencia de un plan con el que se pretende reducir la población palestina de Jerusalén.

Elkin, nacido en Ucrania y ministro para los Asuntos de Jerusalén, cree que hay demasiados palestinos en la ciudad santa, de manera que hay que reducirlos drásticamente.

Para ello propone excluir del municipio el campo de refugiados de Shuafat, y los barrios de Kfar Aqab, al Sawhara y al Wallaya. Son zonas que quedaron del otro lado del muro cuando éste se construyó hace 13 años, y que sin embargo, técnicamente han seguido formando parte de Jerusalén.

Son zonas donde apenas entra la policía palestina, donde el nivel de delincuencia es muy alto y donde abundan las drogas. Un verdadero caos sobre el que no tiene competencias la Autoridad Palestina.

Se estima que en esas zonas pueden vivir hasta 150.000 palestinos, es decir casi la mitad de la población palestina de todo Jerusalén este. Elkin ve en esta drástica reducción de la población palestina una oportunidad para incrementar la población judía de Jerusalén.

Israel ocupó Jerusalén este en la guerra de 1967. Una de las primeras medidas que adoptó entonces fue ampliar los límites municipales de la ciudad, justamente lo contrario de lo que quiere hacer ahora. Pero entonces y ahora esos cambios municipales los hizo porque interesaban e interesan a la población judía.

El plan de Elkin tendrá que ser ratificado por la Kneset, pero aquí no habrá poblemas puesto que el Likud cuenta con el respaldo de una coalición que es mayoritaria en el parlamento, y además todo indica que el primer ministro Benjamín Netanyahu también lo favorece.

Desde que se construyó el muro, el ayuntamiento de Jerusalén dejó de dar servicios a esas zonas, donde han buscado refugio palestinos del resto de Cisjordania, pero también palestinos de Jerusalén que sufren de la escasez de vivienda, algo que no les ocurre a los judíos.

Todas estas cosas son posibles porque la comunidad internacional permite que Israel haga una y otra vez lo que se le antoja.

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