Monstruos Perfectos

Tendencias en accesorios

Lo último en complementos femeninos para la mujer japonesa se llama Taikomochi. Y son humanos. Algunos los definen como una versión masculina de las geishas medievales, y muchas altas ejecutivas de speedy Louis Vuitton ya han empezado a solicitar sus servicios de compañía por un precio que va desde los mil hasta los cincuenta mil dólares por noche. No hay sexo, dicen. Solamente intercambio de atenciones y -según ha contado uno de estos muchachos a la CNN japonesa- "cosas que los hombres normalmente no hacen, como elogiar su aspecto. Yo hago felices a las mujeres".

Hasta ahí, ninguna sorpresa. El clásico gigolerío que cambia de nombre y se pliega al signo de los nuevos tiempos: lo japonés como denominación de origen le ha comido el cool a lo italiano. Lo impresionante llega cuando el taikomochi parlanchín, de peluquería diaria, trata de explicar las razones del éxito del nuevo fenómeno que a él le reporta unos 200.000 dólares al año: "Las mujeres nos ven como accesorios. Les gusta llevar cosas bonitas, y por eso yo trato de arreglarme al máximo". Ahí es cuando Darek y yo nos quedamos muertos. Entonces lo entiendo todo. Y pienso que a Anita O. nunca le habían alabado tanto el gusto en complementos como durante la etapa en la que decidió lucir stripper ario. Y que este fenómeno no tiene nada de nuevo: los señores de posibles y los anunciantes de cochazos lo entendieron hace bastante tiempo.

Más Noticias