Buzón de Voz

El día que Rajoy impuso su autoridad

En un gesto de firmeza sin precedentes, Mariano Rajoy anunció ayer que acepta la baja temporal como militante del PP solicitada por Jaume Matas. Se desconoce de qué forma podría un partido político "no aceptar" la petición de baja voluntaria de un militante. Quizás el PP tuviera previsto enviar a dos compañeros disfrazados de gaviotas que persiguieran a Matas allí donde apareciese, en plan Cobrador del Frac, del juzgado al palacete y del palacete a la cárcel, sin respiro hasta lograr que el ex president balear "aceptara" continuar en el partido.

Lo cierto es que la dirección nacional del PP ha tardado tanto en tomar alguna decisión respecto a un imputado por 13 delitos relacionados con la corrupción que el presunto corrupto se ha adelantado a la presunta intención de Rajoy de suspenderlo "temporalmente" de militancia. El propio presidente del PP debió de percatarse de que estaba anunciando una solemne obviedad, puesto que añadió el giro "como es natural". Lo que resulta menos natural es el concepto de presunción de inocencia que a continuación expuso; un derecho que el PP defiende (para los suyos) con tozudez marmórea. "Le deseamos [a Matas] lo mejor, y, si puede, que demuestre su inocencia", dijo ayer Mariano Rajoy. Ese "si puede" refleja una duda del tamaño del Palma Arena sobre la inocencia de ese hombre a quien el juez retiró el pasaporte, pero el PP no consiguió retirar el carnet.

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