Buzón de Voz

¿El Cabanyal no rompe España?

Si el alcalde de Bilbao o el de Sant Cugat del Vallès enviasen las excavadoras a derrumbar un barrio protegido como Bien de Interés Cultural por el Gobierno central, lo mínimo que se escucharía en boca del Partido Popular, de UPyD y de unos cuantos dirigentes socialistas sería que "España se desintegra". Pero resulta que El Cabanyal es un barrio de Valencia, ciudad que gobierna Rita Barberá en una comunidad presidida por Francisco Camps. O sea, gente de toda confianza, como todo el mundo sabe; capaz de aceptar bolsos de lujo o trajes a medida de parte de El Bigotes, aunque gente inofensiva para la integridad del Estado. Lo que viene ocurriendo en el mítico barrio marinero de El Cabanyal es un absoluto despropósito y un símbolo perfecto de las toneladas de caspa e hipocresía que ensucian la mal llamada España plural. Y no es un caso único. ¿Alguien se imagina lo que habría que leer y escuchar si José Montilla hubiera llamado a la "rebelión fiscal" como hizo Esperanza Aguirre?

Para colmo, en una nueva versión de este mundo al revés, la Policía Nacional (a las órdenes de la Delegación del Gobierno, dependiente de quien su propio nombre indica) disuelve a porrazos la protesta pacífica de los vecinos que se manifiestan en defensa del cumplimiento de la legalidad. En resumen: un alcalde, si es español pata negra, puede hacerse una pajarita con las normas del Estado. Seguirá siendo un patriota a quien el Gobierno de todos defenderá porra en mano.

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