Buzón de Voz

Los sabios que no se enteran

Los organismos económicos internacionales y los enigmáticos mercados financieros han vuelto a ser engañados. Esos sabios eminentes que derrochan seguridad y contundencia a la hora de exigir durísimos recortes de los gastos sociales y profundas reformas laborales, esos torquemadas del gasto público que imponen a gobiernos conservadores y socialistas la religión de reducir el déficit como única forma de esquivar la catástrofe... esos tampoco se enteraron de que el anterior gobierno húngaro mintió en sus cuentas. El Fondo Monetario, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, las agencias de calificación de deuda... todos dedican ingentes esfuerzos a realizar pronósticos y correcciones a los pronósticos, pero no hacen algo elemental: comprobar si las cuentas son falsas. Por ejemplo, hace año y medio Goldman Sachs garantizaba que Hungría podría entrar en el euro en 2013 sin ningún problema. Arruinar intencionadamente a los ciudadanos se llama estafa y es un delito. Mentir conscientemente en las cuentas públicas lleva a la ruina a los contribuyentes. Ya está tardando la UE en presentar acusaciones contra quienes (incluso desde dentro de su estructura) puedan tener responsabilidades. Lo peor del caso húngaro es el efecto psicológico en el sistema financiero; lo menos malo, que Hungría no está en la zona euro y tiene más instrumentos que Grecia para actuar.

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