Buzón de Voz

Zapatero se ahorra un mal trago

Cuando dos hermanos adultos se pelean, procuran no coincidir durante un tiempo en la mesa; así le ahorran la tensión a la familia. Zapatero y Cándido Méndez no coincidirán en septiembre en el escenario de la campa de Rodiezmo, como cada año, porque el presidente del Gobierno ha decidido evitar ese mal trago a la familia socialista. Quizás antes de tomar la decisión supiera que el secretario general de UGT pensaba no acudir al acto si Zapatero anunciaba su presencia. Los dos son militantes del PSOE y del sindicato, y para ambos es ya una tradición inaugurar el curso tras el verano en la localidad fronteriza donde se congregan socialistas y mineros de León y Asturias. Las razones que aconsejan evitar la cita de Rodiezmo, pese a la singularidad de que este año se celebre el centenario del Soma-UGT, son obvias. Zapatero aprovechaba esa cita desde 2004 para anunciar la subida anual de las pensiones y del salario mínimo. Este año habría tenido que dedicar el discurso a explicar a sus compañeros los motivos que lo han llevado no sólo a congelar pensiones sino a tramitar en el Congreso una reforma laboral rechazada por las organizaciones sindicales. A pocas semanas de la huelga general del 29 de septiembre, su presencia en el acto podría haberse interpretado como una provocación. Zapatero es consciente de que su giro económico decepciona e irrita a los sindicatos. Cualquier gesto capaz de atizar esa irritación sería un error político.

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