Buzón de Voz

Toros + motos = ruptura de España

Mariano Rajoy se muestra indignadísimo por la prohibición de las corridas de toros en Catalunya. "¿Hasta dónde vamos a llegar?", clamaba ayer el líder del PP, tras preguntarse "¿qué pasaría si otra comunidad prohibiese las carreras de motos?". Tal comparación podría considerarse la demostración empírica de la clásica confusión entre el tocino (o rabo de toro) y la velocidad. Pero no. El líder del PP sabe perfectamente distinguir los animales de las máquinas. Lo que pasa es que su partido (con la inestimable ayuda o inspiración del abanico mediático habitual) ha visto en los toros una nueva oportunidad de sacar jugo a ese lema tan rentable de que "España se rompe".

Porque la respuesta a la incógnita planteada por Rajoy es meridiana: no pasa absolutamente nada porque una comunidad prohíba las corridas de toros. En Canarias se suprimieron por ley en 1991 con el voto favorable del PP y a nadie se le ha ocurrido pensar que el partido de Rajoy quisiera por ello romper España. Para el PP, una corrida de toros es hacer negocio con el maltrato animal si se celebra en Tenerife; pero si se trata de Barcelona, es puro arte, tradición, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (ya es complicado definir como "inmaterial" la ejecución lenta de un astado de 500 kilos). Rajoy mezcla toros y motos, y Mayor Oreja añade una "venganza catalana por la sentencia del Estatut". En otoño (ya verán), otra vez se rompe España.

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