Buzón de Voz

La eterna quiebra de las pensiones

Como proponía aquel personaje de una viñeta de El Roto, "para garantizar el futuro de las pensiones, hay que hacerlas coincidir con la fecha de fallecimiento". Las alarmas recurrentes de una futura quiebra del sistema de pensiones acercan peligrosamente las propuestas políticas a la caricatura humorística. Desde hace al menos 20 años, esos pronósticos fatales se van estrellando contra la fecha vaticinada sin que la debacle se produzca. No es que sea falso el envejecimiento progresivo de la población, dato demográfico que debería constituir motivo de alegría para políticos, científicos y humanos en general en lugar de convertirse en una oscura amenaza.

Ocurre con las pensiones como con otros axiomas neoliberales: son asumidos por gobiernos progresistas como verdades absolutas de cumplimiento inevitable, cuando debería al menos discutirse la base argumental. Se parte de la premisa de que la Seguridad Social y el Estado son dos entes diferentes, para llegar a la conclusión de que el sistema de pensiones debe autofinanciarse. Si fracasa esa financiación porque en un momento dado hay más receptores que cotizantes, el sistema quebrará, sostienen con una lógica marmórea. ¿Por qué no defienden el derecho a una pensión digna como mimbre fundamental del Estado del bienestar? España sigue dedicando a pensiones menos porcentaje del PIB que el resto de los países de la zona euro. La fiscalidad también sirve para evitar quiebras.

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