Buzón de Voz

El miedo exige respuestas

La mayor paradoja del tiempo político actual es la coincidencia de la crisis más aguda del capitalismo con el hundimiento generalizado de la izquierda. El poder del miedo, esa doctrina del shock que Naomi Klein supo denunciar antes de la hecatombe de 2008, tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo. Una crisis excepcional exige respuestas excepcionales, pero hasta el momento la izquierda sólo ha dado síntomas de entrar en pánico y de aceptar responsablemente todas y cada una de las recetas de los cerebros del neoliberalismo: susto o muerte. La secuela más grave del crash económico consiste en esa debilidad patética de la política frente a los mercados. Los amos de las finanzas, que no son entes abstractos sino inversores, banqueros y especuladores con nombres y apellidos, han dictado una especie de servicios mínimos al Estado del bienestar, cuya subsistencia futura parece depender más de la caridad que de un progreso social justo. El terremoto al que asiste la socialdemocracia, siempre dispuesta a entrar en una desorientación melancólica, debería servir para repensar una posición de izquierda ante el tsunami de la globalización. Si algo está demostrando la crisis, es la absoluta hipocresía de quienes la provocaron y la necesidad de fortalecer la democracia. Por eso hacen falta alternativas realistas que respondan sin complejos (y sin miedo) al dominio conservador en la economía, en los medios, en el lenguaje y hasta en la forma de explicar el mundo.

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