Buzón de Voz

La vergüenza de Europa

La OTAN no sabe nada. Francia tampoco. Italia menos. Malta niega haberse enterado. Lo mismo dice la UE... Pero 61 personas (hombres, mujeres y niños) murieron de hambre y sed a bordo de una barcaza en la que huían de Libia rumbo a las costas europeas. La Guardia Costera italiana fue avisada cuando la embarcación sufrió los primeros problemas. Testimonios de algunos de los nueve supervivientes sostienen que un helicóptero militar sobrevoló el barco e incluso lanzó agua y paquetes de galletas, antes de desaparecer en el horizonte. Ningún país reconoce haber enviado ese helicóptero. Las corrientes devolvieron la barcaza a las costas libias tras 16 días a la deriva en un Mediterráneo supuestamente vigilado hasta el último metro por las fuerzas militares que ejecutan la misión bélica autorizada por la ONU. Cuesta muchísimo creer los desmentidos oficiales cuando, además, es conocido el empeño de Gadafi en facilitar la huida desesperada de la gente que intenta llegar a Europa escapando de la guerra civil y las maniobras de Berlusconi y Sarkozy para cerrar sus fronteras a los inmigrantes africanos (con el visto bueno de la Comisión Europea). La normativa marítima, el respeto a los derechos humanos y hasta el sentido común obligan a socorrer a cualquier náufrago. Es exigible una investigación a fondo de las denuncias, porque a día de hoy nadie sabe el número de víctimas de un éxodo africano que debería avergonzar a Europa.

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