Buzón de Voz

La canción (triste) del verano

Una de las mayores falacias instaladas por la propaganda política conservadora reza que la sanidad pública "no es sostenible". Es un verso más de una canción triste cuyo estribillo emplea el plural mayestático para lamentar que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades" (¿todos?).

Este verano triunfa, resuena en terrazas y chiringuitos para gozo de un arrollador PP que no se atreverá a decirlo en la campaña electoral, pero encarga detallados estudios sobre el mal llamado copago y aplica ya en varias comunidades autónomas fórmulas alternativas a la gestión pública de la sanidad.

Es cierto que España tiene una tasa de médicos por cada 100.000 habitantes superior a la media europea, o que puede presumir de hospitales públicos punteros en investigación, diagnóstico y atención al paciente. ¿Pero quién ha decidido que la ciudadanía quiere renunciar a lo que ha conseguido con su esfuerzo impositivo durante décadas? Debería ser obligatoria para cualquier opción política ante la cita del 20-N la presentación de un programa fiscal riguroso y creíble: qué impuestos va usted a cobrar y en qué va a utilizar el dinero.

La mayoría de los españoles siempre se ha declarado a favor de pagar más a la caja común (eso sí, todos y no sólo los de la nómina) si ello sirve para mantener y mejorar el Estado del bienestar y si su dinero se gestiona con eficacia. La canción es un engaño. Si algo ha desmentido esta crisis es precisamente que lo privado sea garantía de rigor.

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