Cartas de los lectores

4 de octubre

No a la visita del Papa
Las mujeres decimos no al jefe de una Iglesia que nos discrimina. Los menores y nuestras familias decimos no a un Papa que no condena con suficiente contundencia la pederastia. Los contribuyentes decimos no a pagar con dinero público los viajes de proselitismo del jefe de una Iglesia que hace continua ostentación de riqueza. Los infectados por el virus VIH y los trabajadores sanitarios decimos no a un Papa que nos propone la abstinencia como la única manera de evitar la propagación del sida. Los enseñantes decimos no a un Papa que nos quiere imponer la cruz y la enseñanza de su religión en nuestras escuelas. Los que queremos una vida y una muerte digna decimos no a un Papa que nos quiere impedir la dignidad en la muerte cuando tan poco ha hecho para luchar por una vida digna para todos. Los demócratas decimos no a un Papa jefe de Estado no democrático que quiere interferir en las leyes aprobadas por los parlamentos.
Jaume Rovira y 26 firmas más

Es nuestra responsabilidad
ante nuestros hijos

Esta huelga no era sólo contra el Gobierno. También era contra las políticas de Bruselas que obligan a los países a hacer que la edad de jubilación aumente. Contra los bancos, porque recibieron dinero del Gobierno y no prestan ni a personas ni a empresas. Contra los empresarios que quieren despido gratis y cuyo líder, Díaz Ferrán, que quebró tres empresas de forma irregular, salió elegido por la unanimidad de sus colegas empresarios. Menudo modelo empresarial.
Hay muchas personas que no tuvieron derecho de hacer huelga porque recibieron amenazas de despido de sus jefes. Dicen que los sindicatos están vendidos, pero tendrían más fuerza si hubiera más afiliados. Además, más dinero reciben del Estado las organizaciones empresariales entre las cámaras de comercio, las federaciones de empresarios, los clubes de márketing y las asociaciones de jóvenes empresarios. Ayer fueron las ETT y los contratos basura. Hoy el despido libre y la jubilación a los 67. Mañana nos esperan medidas peores. Entiendo a quienes tengan un contrato precario o estén en período de prueba, pero al resto no.
Hay mucha insolidaridad. Damos la cara unos pocos y, si se consiguen cosas, también se benefician los que no hacen huelga ni acuden a la manifestación. Si no actuamos, dejaremos una herencia peor a nuestros hijos.

Diego ÁLvarez Solís Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)

El Estado de derecho está
en juego en Europa

La crisis económica supone, quizás, el reto más grave al que se enfrentan las democracias occidentales desde su fundación, pues ha dejado al descubierto el error en que cayeron cuando impulsaron la desregulación en la libre circulación de capitales, dejando a voluntad del poder financiero –un poder no democrático– gran parte de la financiación de la deuda pública de los estados, lo que supone el sometimiento de estos a los mal llamados "mercados". Nunca antes, en la corta vida del Estado de derecho, se había escenificado con tanta publicidad una claudicación de tal magnitud de unos poderes democráticamente elegidos, los poderes ejecutivos, a unos poderes fácticos inelegibles democráticamente.
Nunca antes se habían aplicado con tal rendición unas políticas de ajuste dictadas por aquellos que habían generado la crisis, buscando con ellas ampliar aún más su negocio. Nunca antes se había sometido a la ciudadanía europea a semejante campaña de resignación. Está en juego un elemento esencial del Estado de derecho, que no es otro que el epicentro de la toma de decisiones. El ataque de estos poderes fácticos es global y ya va siendo hora de que la respuesta de la ciudadanía, convenientemente organizada, sea global... o no será.

Francí Xavier Muñoz Sánchez

Madrid

Expulsar la pobreza de un país europeo
En momentos de crisis aparecen el miedo a la escasez de los recursos públicos y la necesidad populista de identificar a los que puedan abusar en su reparto: un amplio espectro ciudadano que va desde los empleados públicos a los pensionistas, pasando por los parados subsidiados o por los enfermos que consumen demasiados medicamentos y, por supuesto, llega a los extranjeros, que son los más prescindibles; sobre todo los gitanos romaníes, que con su persistente presencia en las ciudades europeas, aportan etnicidad a su exclusión, más visible que otras.
Los gobiernos, que se sienten legitimados por la legislación europea para establecer fronteras internas que mantengan la pobreza fuera, convierten en extranjeras a estas personas que, siendo ciudadanos de la Unión, deberían gozar de la plenitud de sus derechos, pero que por su condición de pobreza extrema suponen efectivamente "una carga excesiva para la asistencia social del Estado miembro de acogida", como recoge el art.14.1., de la Directiva 2004/38/CE sobre la libre circulación de personas, legitimando su expulsión.
Francia está utilizando la legislación europea, Sarkozy tiene el apoyo del Consejo y ahora la aprobación renuente de la Comisión; la lógica y el consenso de la Unión obligan, como ha dicho Zapatero, intentando disculparse.
Sin embargo, la lógica ciudadana y de progreso nos dice que el Estado social y de derecho debería disponer de mecanismos para que los ciudadanos más desprovistos económicamente accedan a los recursos del bienestar social. Cuando se hace lo contrario, la democracia pierde eficacia.
Luis Fernando Crespo Zorita
Alcalá de Henares (Madrid)

Sin ayudas de comedor
en la Comunidad de Madrid

En septiembre, la Comunidad de Madrid todavía no había concedido las becas de comedor de los alumnos. Es más, la administración autonómica nos comunicó que en octubre saldrían las listas de aquellos a quienes les faltara documentación a entregar para poder acceder a ellas.
Es lamentable que estemos así en estas fechas cuando nuestros hijos, el pasado viernes, empezaron a asistir al colegio por la tarde. Soy padre de familia numerosa y no puedo dejar a mis hijos en el comedor.
César García de Paredes
Madrid

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