Cartas de los lectores

19 de marzo

Manuel Cobo y las putas de la Montera
Yo participé en esa reunión, y confirmo que es totalmente cierto lo manifestado por la presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, en relación a las palabras que el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, nos dirigió cuando hicimos la petición sobre la construcción del monumento conmemorativo a las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004, siendo estas: "Otro monumentito para las víctimas del 11-M, si hacemos este, como nos pidan uno las putas de la Montera se lo vamos a tener que hacer". A su llegada a Pamplona, el 12 de marzo pasado, manifiesta: "Siempre, en todo momento y en toda ocasión, estaré, como está mi partido, al lado de las víctimas de terrorismo, y en esta también voy a estar al lado de las víctimas". ¿Sigue mintiendo o a qué víctimas de terrorismo se refiere?
Puedo entender que se sintiera arrepentido, e incluso avergonzado. Pero veo que no. Que sigue manteniendo su soberbia, prepotencia y desprecio ante el colectivo de víctimas de terrorismo de nuestra asociación. Cada uno es responsable de sus palabras y de sus actos, y Manuel Cobo no es una excepción. Tampoco lo son los partidos políticos.
Ángel de Marcos Herido en el atentado del 11 de marzo de 2004

Sigue el debate sobre la energía nuclear
Dicen que ahora, a consecuencia de la catástrofe de Japón, se ha abierto el debate sobre la energía nuclear. Yo pensaba que ese debate llevaba abierto desde hacía décadas. Yo mismo lucí en el pecho durante mucho tiempo, allá por los setenta y ochenta, la famosa chapita amarilla del sonriente sol rojo que mostraba el lema: "¿Nuclear? ¡No, gracias!". Y hoy pensaba, en mi ignorancia, que el debate no se había cerrado nunca.
Ahora nos vienen a decir que los antinucleares nos aprovechamos de la desgracia de Japón para arrimar el ascua a nuestra sardina. Es el segundo caso más peligroso de la historia, desde el desastre de Chernóbil, pero ya son varias decenas de accidentes los que se han producido en centrales nucleares del mundo desde su aparición: Mayak (Rusia) en 1957, Windscale (Gran Bretaña) en 1957, Three Mile Island (EEUU) en 1979, Chernóbil (Ucrania) en1986, Goiania (Brasil) en 1987, Tokaimura (Japón) en 1999 y Fukushima (Japón) en 2011. Además, varias decenas de centrales nucleares están situadas en puntos de extraordinaria actividad sísmica (principalmente en los mares de China y Japón), por lo que no es descabellado pensar que más de una acabe sufriendo un percance como el de Fukushima o el de Chernóbil.
Mario López Sellés Madrid

La consigna más repetida: Fukushima no es Chernóbil
Desde Japón hasta Francia, pasando por la OMS, se empeñan en dejar claro que Fukushima no es Chernóbil. En 1986, la antigua Unión Soviética estaba en el ojo del huracán. La muerte de Leónidas Breznev fue aprovechada hasta la saciedad por Occidente; primero Afganistán y el boicot a los Juegos Olímpicos de 1980 y luego la puntilla, el accidente de Chernóbil. Recordemos los hechos; el 26 de abril de 1986, los detectores de media Europa recibían dosis altas de elementos radiactivos de origen desconocido. Unas horas después, la Unión Soviética confirma que un reactor de los cuatro de que tiene Chernóbil ha estallado. A continuación, comienza una información detallada de vientos y nubes radiactivas y se dan todo lujo de detalles. Parece que en Japón no hay vientos y los países limítrofes se limitan a repetir la consigna impuesta: "No pasa nada"; tampoco parece que los núcleos se estén fundiendo y las explosiones no son más que sobrepresiones del edificio de contención. Efectivamente, Fukushima no es Chernóbil.

Francisco Javier España Moscoso
Galapagar (Madrid)

¿Alguien se acuerda de la Fosa Atlántica?
De mi infancia guardo, entre otros muchos recuerdos, una imagen recurrente en los telediarios de la época, en la que aparecen grandes buques de carga echando sin contemplaciones peligrosos bidones repletos de desechos radiactivos en la Fosa Atlántica. Esta temeraria actividad fue por aquel entonces motivo de grandes protestas ecologistas y gubernamentales, pero, cuando finalmente cesó, fue como si el agua se hubiese tragado el problema para siempre. El problema es que los años han pasado y esta basura radiactiva sigue latente dentro de unas enclenques latas metálicas sometidas a la corrosión del agua y el tiempo no lejos de nuestras costas. En pleno debate sobre la energía nuclear, me gustaría que reabriésemos una página casi olvidada de esta controvertida fuente de energía, que se cerró en falso, y exigiésemos a los responsables de aquella barbaridad la recuperación y almacenaje de ese material, antes de que tengamos que lamentar otra catástrofe radioactiva.
Anna Naría Goula Barcelona

La prepotencia de la Comunidad de Madrid
La Comunidad de Madrid, que teóricamente debe cuidar por las personas menos favorecidas y más necesitadas, ha cerrado tres centros de discapacitados en un plazo de 48 horas con un realojo arbitrario. Ha separado a amigos y parejas de personas con discapacidad que llevan juntos, en muchos
casos, más de 20 años, y
cuya vida es de por sí suficientemente complicada.
El motivo argüido hace referencia al mal estado de los edificios y a la necesidad de proteger a los que en realidad se perjudica, pero en su escrito la propia Consejería reconoce que no hay un riesgo apremiante. Cabe preguntarse por qué se ha llegado a este estado de supuesto deterioro y no se han acometido reformas cuando eran necesarias, pero sobre todo cabe preguntarse qué clase de políticos nos gobiernan que no tienen sensibilidad frente a sus ciudadanos más débiles. Son más de 300 familias, sin olvidarnos de trabajadores y docentes.
José Martínez López Madrid

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