Cartas de los lectores

3 de julio

Un dinero digno de mejor causa
El dinero –a espuertas– que la Iglesia católica destinará a la nueva visita del papa a España es digno de mejor causa: las parroquias pobres de los barrios marginados, Cáritas diocesana, los enfermos dependientes, becas de comedor escolar de familias necesitadas, libros de texto y vestido para niños inmigrantes, ayudas para los que se han quedado sin subsidio de paro, medicinas para insolventes... Hasta las misiones de todo el mundo y los pueblos asolados por la guerra, la injusticia y el hambre.
Pero no. La católica España prioriza el espectáculo y la exhibición antievangélica y populista de un jefe de estado, antes que la acogida cálida y familiar de nuestro Pastor.
Signo evidente de la decadencia y descomposición moral y espiritual de una religión prostituida –es decir, vendida–, cuyos jerarcas han perdido el norte.
Marc Antoni Adell

Predicar lo contrario
de lo que hacen
¿Qué es la democracia para el PP? El pluralismo le da escalofríos, lo descarta de sus medios afines y de los públicos colonizados como Telemadrid. Rajoy promete, si llega a gobernar, suprimir el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. La transparencia brilla por su ausencia en sus administraciones. Perseguir el bien general tampoco es bien recibido, ya sea la Administración de Justicia o el Tribunal Constitucional, que es preciso teñir de los colores propios para obtener el visto bueno. Así, más que obrar a favor de la democracia, se aprovechan del sistema al margen de lo que necesitan los españoles. Hay que adelgazar la Administración, dicen, pero mantenían gordas nóminas de asesores y gastos superfluos que ahora disminuyen al sacarles las vergüenzas los del 15-M. ¿Hasta hoy no veían que predicaban lo contrario de lo que hacían? Rajoy promete anular los derechos que el Gobierno del PSOE amplió. Este PP, que no aporta nada, ¿lo bendice el voto ciudadano del 22-M?
M. Lasén Paz

La responsabilidad de los bancos en la crisis hipotecaria
Por fin el Banco de España, que debiera haber actuado a tiempo, reconoce que los bancos asumieron riesgos excesivos en el ladrillo. Lo mismo –poco y tarde– interviene el Gobierno para hacer que los bancos asuman su parte de responsabilidad en la crisis de las hipotecas.
Ya se practica así desde hace tiempo en países democráticos, incluido Estados Unidos, como en el caso de la entrega de la vivienda en pago de la hipoteca. Mientras no existan unas leyes más justas al respecto, cabrá decir: "Democracia económica, ¿dónde estás?".
María Faes / Madrid

Hay suficientes motivos
para la indignación
El denominado Movimiento 15-M es objeto de opinión y debate en los medios de comunicación desde que tuvo lugar su eclosión, despertando mayor o menor grado de simpatía, comprensión o rechazo hacia sus reivindicaciones y medidas.

Sin embargo, el sentir mayoritario de la ciudadanía es más de proximidad que de lejanía, pues hay suficientes motivos por los que estar indignado, preocupado o asombrado: enriquecimiento ilícito desde las instituciones u organismos públicos; elevado nivel de paro y precariedad laboral; merma del Estado del bie-
nestar; incremento de la desigualdad social y la pobreza; batallas políticas partidarias y ajenas a los intereses de la población; gastos millonarios en infraestructuras ineficientes... En resumidas cuentas: ante semejante cuadro, ¿no sería lo extraño mostrar indiferencia, conformidad o alegría?
Alejandro Prieto Orviz
Gijón (Asturias)
A 110 kilómetros/hora
íbamos bien
El Consejo de Ministros ha levantado el límite de velocidad máxima en autopistas que se había fijado hace tres meses y medio en 110 kilómetros/hora.
Según justifica Rubalcaba, la decisión se ha tomado porque "las circunstancias han cambiado", y dice: "Hemos ahorrado 450 millones de euros". Añadiendo también que con esta medida se ha bajado la siniestralidad.
No tiene sentido que ahora volvamos de nuevo a los 120 kilómetros/hora. ¿Por qué no seguimos con ese ahorro, con la crisis que padecemos? ¿El ahorro que se ha producido no será la recaudación que han cobrado por las multas? Y la disminución de accidentes, ¿no será que la gente, debido a la crisis, viaja menos?
José González Ramírez
Málaga

Démosle un lugar a la cara positiva de la población gitana
Si buscamos en internet noticias sobre población gitana, veremos que el 90% de los resultados nos muestran la cara más amarga y oscura del colectivo y, sin embargo, no por ello la más cierta. ¿En qué mar navegan en internet los gitanos y gitanas que tienen graduado escolar, llevan a sus hijos al colegio o son abogados, escritores o maestros?
Entidades como el Secretariado Gitano, Barró o Alboreá llevan años trabajando con la etnia gitana, y no les ha sido difícil encontrar a personas gitanas con inquietudes e integridad moral.
Por eso hay que agradecer que personalidades de la talla del comisario europeo de derechos humanos haya hecho estos días un llamado a los políticos para que midan sus palabras a la hora de referirse a los gitanos, porque los ataques verbales mueven al odio.
Démosle un lugar a la cara positiva de la población gitana.
Ángeles Alfonso Aguirre

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