Cartas de los lectores

8 de septiembre

El déficit no es el verdadero problema
Se reforma la Constitución para establecer un límite del déficit; sin embargo, la prima de riesgo se ha vuelto a disparar y el FMI avisa de la posibilidad de otra recesión. Es preocupante que el pensamiento dominante ponga énfasis en el déficit mientras pasa de puntillas por la tasa de desempleo, que más que duplica la de la UE.
El consumo está estancado, la inversión empresarial en retroceso y las exportaciones en desaceleración. Nos queda el gasto público para generar crecimiento, pero el pensamiento neoliberal ningunea este hecho. El Gobierno impone recortes del gasto público que provocan más paro sin haber realizado una reforma fiscal que reconduzca la disminución de la presión fiscal. Ahora nos han negado el debate y el voto, pero dentro de poco lo pedirán, con promesas que antes incumplieron. ¿Volveremos a votar a los que nos dicen que hay que calmar a los mercados y se olvidan de los parados?
Luis Manuel Goñi Stroetgen / Málaga

Por una democracia responsable y solidaria
Deberíamos exigir a los políticos que pongan firmes a quienes nos han llevado a esta situación. Se puede
estar de acuerdo con reformar la Carta Magna para controlar el gasto de las diferentes administraciones para que este no sea excesivamente superior a los ingresos, pero el paquete de reformas debería recoger también la de que las grandes fortunas paguen en proporción a sus
ingresos y que la ONU rompa sus relaciones diplomáticas y expulse de su organización a los países que sirven de paraísos fiscales a los especuladores. Si los gobiernos no se ponen de acuerdo para controlar a los lobos hambrientos de los mercados, caminaremos a pasos agigantados hacia una recesión mundial que tendremos que lamentar durante décadas.
Joaquín García Mayo
Getafe (Madrid)

El socialismo de salón se extiende por Europa
Un año más, la fiesta minera de Rodiezmo nos ofreció el espectáculo de la contradicción hecha política, pues en ella se criticó la política del Gobierno en presencia de uno de los diputados socialistas, Guerra, que ha votado a favor de todas esas medidas que los líderes ugetistas critican. Sin embargo, Alfonso Guerra ha ofrecido toda una declaración de nuevo socialismo, aquel que, en lugar de combatir a los poderosos, se rinde a ellos. Guerra ha dicho que la reforma constitucional (que él critica votando a su favor) ha sido necesaria para que "los poderosos no arrasen el país". También ha dicho que "vivimos una época en la que los enemigos de los humildes se adueñan del poder". Parece que le ha faltado añadir "con nuestra inestimable ayuda". ¿Dónde queda aquella dignidad, resistencia y lucha del fundador del PSOE, Pablo Iglesias? Con declaraciones así parece que el PSOE renuncia al socialismo y abraza el social-liberalismo o el liberalismo progresista, ideologías más acordes con partidos que apuestan por el progreso cuando los poderosos lo permiten. Lo triste es que este nuevo socialismo es el que se extiende por los grandes partidos socialdemócratas europeos, que no han presentado batalla alguna en la Internacional Socialista que los agrupa.
Franci Xavier Muñoz Sánchez

Madrid

Nadie supera en relativismo
a la Iglesia católica
El papa siempre condena la dictadura del relativismo, a pesar de que la historia de la Iglesia siempre ha sido un prodigio de tal cosa. Los jerarcas eclesiásticos, que ya le dieron la vuelta al mensaje antioligárquico de Jesús para acabar aliados con las clases dominantes, han santificado todo tipo de códigos a través de siglos de esclavismo, feudalismo o capitalismo, bendiciendo en unas épocas lo que maldijeron en otras. También han sido maestros creando dogmas, o sea, creencias tan relativas que sólo se sostienen despóticamente, y que no sólo son relativas respecto a otras religiones, sino también respecto a otras corrientes de sus propios fieles presentes y pretéritos. Han sido genios relativizando hasta los mandamientos de sus escrituras, aún más los hallazgos científicos que desmontan sus mitos o los principios "universales" del racionalismo ilustrado y democrático. Nadie supera en relativismo a los sacerdotes de una Iglesia con un dilatado historial de cruzadas e inquisiciones, que ayer apoyaron fascismos o que hoy relativizan la atrocidad absoluta del Holocausto igualándolo con el aborto. Una gerontocracia machista y tiránica que se lamenta –nostálgica– de una supuesta dictadura que ya no es la suya... sino la del relativismo.
Juan Pablo Maldonado
Ubrique (Cádiz)

Una ‘dieta’ infantil pobre
en valores
En la mayor parte de las habitaciones de nuestros hijos hay más juguetes que en todo un pueblo de otras zonas del mundo y, sin
embargo, parece que ello no les garantiza mayores cuotas de felicidad que las sentidas por los menores de sociedades más humildes. Que un chico denuncie a sus progenitores porque considera que el derecho que le asiste a mantener una vida contemplativa y un regular ritmo de consumo y disfrute de servicios ha sido limitado, la verdad, es un hecho que no entraba en los cálculos de generaciones anteriores. ¿Es cabal y saludable una sociedad en la que el horizonte de la dicha individual es proporcional a la posesión y acumulación de bienes materiales, a la
ostentación o al frívolo famoseo? Y si, como indica Eduardo Punset, los menores no son educados para gestionar sus emociones, ¿no existen en la dieta infantil demasiados nutrientes que facilitan el camino hacia la frustración, la depresión o la desdicha?
Alejandro Prieto Orviz
Gijón (Asturias)

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