Cartas de los lectores

18 de junio

Desde un campo
de refugiados

Mi nombre es Sila, tengo 29 años y hace cinco que abandoné mi país, Sudán, para huir a Chad. Los janjaweed mataron a nuestros maridos y a nuestros padres. También asesinaron a mi hijo mayor cuando intentó defendernos en uno de los ataques nocturnos. Luego pasaron sobre él con sus caballos y lo arrastraron hasta las afueras de nuestro pueblo en Darfur. Tenía nueve años.
Caminamos ocho días por el desierto sin comida, sólo con un recipiente con agua que no duró lo suficiente. Uno de mis pequeños, de cinco años, murió por el camino. Nos bombardearon los aviones. Nosotras podíamos correr, pero los ancianos no. Tras ocho largos días, llegamos a Chad. Sólo queríamos agua. Nos quemaba la garganta, la boca, todo el cuerpo. Llevábamos tantos días sin beber que muchos vomitaban con los primeros sorbos de agua que nos daban las organizaciones humanitarias que trabajan en el campo de refugiados de Goz Amir.
Dormíamos en tiendas de campaña, pero luego fuimos construyendo nuestras pequeñas chozas con paja, ramas y maderas. Algunas organizaciones nos entregaban materiales para ayudarnos y, cuando no eran suficientes, las mujeres salíamos del campo a buscar madera para construir las casas y cocinar los alimentos que recibíamos. Pero era peligroso salir del campo. Durante los primeros años recibimos ataques y agresiones de los janjaweed y otros hombres armados. Algunas mujeres fueron brutalmente violadas. Y todavía hoy, cinco años después, existen grupos de estos hombres en algunas zonas del país. Pero no pienso regresar a Darfur. Nos han dicho que han expulsado a las ONG, así que no hay nadie que nos proteja. Cualquier Gobierno debería defender a su gente.
Refugiada sudanesa en el campo de Goz Amir (Chad)

Estelar
A pesar de la cacareada crisis que atraviesa el club blanco, tanto su nuevo presidente como su adjunto siguen impertérritos en una política de grandes fichajes que causa una mezcla de asombro y estupor. Y es que parece que ambos siguen al pie de la letra aquella vieja máxima del madridismo de que no es grande el que nunca falla, sino el que nunca se rinde.
Tras las sonoras adquisiciones a golpe de talonario de dos de los mejores delanteros mundiales, van ahora a la caza y captura del también goleador asturiano Villa, a quien inmediatamente la entidad valencianista –visto lo visto– le ha añadido unos ceros más a la derecha en la cifra de su posible traspaso. No le iría mal a la entidad blanca si, en lugar de acumular tantos nombres mediáticos que nos recuerdan a la época de los galácticos, hiciera reparto de finiquitos en su largo plantel y fichara a hombres para su floja defensa.

La competitividad de la delantera del año próximo está más que asegurada, poniéndole en un auténtico brete al nuevo entrenador chileno, que se las va a tener que ver y desear para poder compensar el equipo, crear un clima de seriedad y profesionalidad en el vestuario, así como lograr la unión de todas sus famosas estrellas en el campo.
Miguel Sánchez/Zaragoza

Europa 2009
Era previsible el desgaste político del Gobierno por la crisis económica, a pesar de las medidas tomadas en solitario para paliarla, pero la ayuda ofrecida por el PP solamente ha sido una crítica sin ninguna alternativa. Eso sí, ha lanzado a sus peones de la patronal para dar las soluciones que ellos no se atreven a decir: el despido libre y gratuito. Se han limitado a criticar el uso del avión del presidente sin mirar la corrupción que mina sus filas y han presentado en la lista europea a ultracatólicos con el único bagaje del aplauso y apoyo a los corruptos, logrando una victoria pírrica.
Tampoco entiendo que en las comunidades donde la tasa de paro no ha bajado, donde algunos de sus gobernantes están imputados en varias causas con fianzas millonarias, hayan ganado con mayor claridad. No quiero pensar que los votantes del PP sean partidarios del cohecho, la corrupción, malversación de fondos, trato de favor y amenazas, pero debemos preguntarnos qué ha ocurrido en las urnas.
José Enrique Centén/Madrid

Un asunto de Interior
Por imperativo constitucional y legal, la Institución Penitenciaria debería convertir la privación de libertad en una oportunidad para los penados, pero poco a poco las cárceles españolas, utilizadas como amenaza, casi universal, contra el terrorismo, la violencia machista, los conductores imprudentes y los jóvenes delincuentes, se han convertido en la sentina de la sociedad de la excelencia que pretendíamos ser.
Urgidos por necesidades políticas perentorias, los responsable políticos de turno han convertido las prisiones en una herramienta para la seguridad y el orden público, en un almacén de delincuentes. No existe una política penitenciaria reconocible, y la Ley Orgánica está siendo olvidada en demasiadas ocasiones, con consecuencias nefandas para los internos, hasta el punto de que el Tribunal Supremo ha condenado recientemente una conducta administrativa recurrente, como es la de restringir los derechos de los internos a través de Circulares e Instrucciones de Servicio dictadas arbitrariamente por la Administración. Además, el Comité contra la Tortura de la ONU ha pedido explicaciones sobre los acercamientos y alejamientos arbitrarios de determinados internos y sobre la aplicación de la doctrina Parot, la respuesta del Ministerio de Interior es airear esa supuesta fuga de película tres veces intentada.
Luis Fernando Crespo/Alcalá de Henares (Madrid)

Más Noticias