Cartas de los lectores

21 de noviembre

Movilización agraria
Las principales organizaciones agrarias han dejado de lado sus intereses particulares, y han promovido un paro agrario y una gran manifestación celebrada ayer. Con ellas han querido llamar la atención no sólo de los gobiernos, sino también de la población.
Había motivos más que de sobra para la movilización ante la brutal crisis en la que se encuentra sumido un sector agrario que pierde explotaciones cada día ante la falta de rentabilidad. En todo caso, las OPAS quieren poner énfasis en la gran cruz que arrastran los agricultores: los bajos precios que perciben por sus productos, precios en origen.
Y es que, a las ya de por sí tensas negociaciones que marcan la relación entre una distribución excesivamente concentrada y una producción demasiado fragmentada, ahora se une la guerra de precios de las grandes superficies que ahogan más al eslabón más débil de la cadena: agricultores y ganaderos.
Fue, por tanto, una manifestación justificada y necesaria. El campo debe hacer oír su voz ante una sociedad que desconoce buena parte de sus problemas.
Domingo Martínez  Madrid / Baños de Valdearados (Burgos)

Después de lo que hemos oído, ¿Camps es molt honorable?
De un político, y más si este es presidente de una comunidad autónoma, se espera que sea honesto y honrado. Si el señor Camps hubiera tenido estas cualidades, hubiera dimitido al quedar demostrado que era el amiguito del alma de uno de los cabecillas de una trama corrupta que le regalaba trajes. También hubiera dimitido al quedar demostrado que mentía cuando dijo que él pagaba esos trajes.
Pero en lugar de eso, sigue en su puesto dando espectáculos como el de días atrás, donde llegó a acusar a un parlamentario de querer asesinarlo, demostrando así que el tratamiento de molt honorable viene dado más por su cargo que por su verdadera dignidad.
Miguel López Zoyo / Granada

Motivos personales, problemas de agenda y la convención del PP
Rajoy prometió un PP unido y limpio en el cierre de la convención de Barcelona. No debía de estar, sin embargo, muy unido, pues allí no estaban Aguirre, por asuntos familiares, ni Camps, por problemas de agenda.
Los motivos personales siempre se alegan para evitar lo que no apetece. En cuanto a los compromisos de agenda de Camps, el asunto era conducir un Ferrari en Cheste (Valencia). Luego pide Rajoy que todos remen en la misma dirección, pero Camps prefiere conducir un Ferrari, que es de más categoría y más descansado, aunque haga de chófer de Alonso. Las palabras de Rajoy sobre la limpieza de su partido podrían inspirar la creación de un nuevo detergente llamado PP que limpiase más que cualquier otro detergente. Rajoy ha ofrecido un pacto de Estado anticorrupción. Eso está muy bien, siempre y cuando no suceda lo mismo que con el pacto antitransfuguismo, que es papel mojado. Se queja, además, de que en Catalunya le votan poco. Tal vez sea por su oposición al Estatut.
Antonio Nadal Pería / Zaragoza

La SGAE lo deja claro: su objetivo sólo es ganar dinero
"Quien no tiene dinero para música, pues que no ponga música". Así de claro, sin eufemismos ni hipócritas florituras. Según leo en la prensa, esta idea fue expresada recientemente por un directivo de la Sociedad General de Autores (SGAE) para justificar uno de sus principales objetivos: velar por los derechos de autor. Altruista, sensible, solidaria, melódica, armónica y rítmica reflexión para seducir oídos en tiempos de crisis.
A este paso, ¿acabaremos pagando un impuesto por deleitar el oído con el canto de las olas, por contemplar una puesta de sol o las figuras dibujadas en el cielo por los estorninos en vuelo?
Alejandro Prieto Orviz / Gijón (Asturias)

El tenista Rafael Nadal ya no es el número 1 de la ATP. ¿Y qué?
Nadal ya no es el número uno. La liga de fútbol tendrá necesariamente un único laureado. A nivel más personal, cada día, cada uno somos superados por personas más competentes, mejor preparadas o más inteligentes. ¿Es motivo de preocupación no ser siempre el número uno? Para algunos, sí. Sin embargo, quizá deberíamos preocuparnos por otras cosas como; por ejemplo, la satisfacción del deber cumplido si en él hemos puesto el talento que poseamos (que no siempre será de diez y es bueno aceptarlo).
Ser el mejor sólo se puede conseguir por algún tiempo y después la caída suele ser muy dura, tanto que muchos jamás se recuperan. Es interesante recordarlo cuando para conseguirlo estamos renunciando a dedicar tiempo a cubrir otros aspectos de nuestra existencia que son decisivos para mantener nuestra vida equilibrada: familia, aficiones o cultivar el espíritu.

Pilar Crespo Álvarez / Tarragona

Los empleados del metro de Barcelona han desaparecido
Lo que ocurre en la salida de Glorias de la estación del mismo nombre de la línea 1 junto al tranvía es una vergüenza. La falta de vigilancia hace que, los días de mercado, los que se cuelan ya sean más que los que pagan. Los que pagamos empezamos a sentir complejo de primos, tontos que pagan mientras otros muchos entran por la cara sin la menor vigilancia como Pedro por su casa. ¿Por qué nunca se ven los inspectores de TMB que deberían dar parte de estos abusos? Con los empleados de las taquillas, ocurre lo mismo. En algunas paradas, hay empleados del metro, siempre tras cristales de las oficinas, pero nunca salen. Están, pero como si no estuvieran.
Alberto Domenech / Barcelona

Cádiz languidece: ¿para cuándo un Obama ‘pa Cai’?
Nos aburre la política gaditana. A los dos grandes partidos sólo les preocupan sus guerras internas y torpedearse mutuamente. Mientras, nuestra ciudad languidece en la miseria, el aburrimiento y el abandono.
Los ciudadanos no damos crédito ante esta situación: lo único que aporta algo de vida son las administraciones públicas. Vivimos en una ciudad sin tejido social, ni industrial, ni turístico.
Pero ustedes, tranquilos, que pronto llegará el Carnaval y se tomarán las copas todos juntos, confraternizarán aún más con nuestro dinero e ilusiones y la culpa será nuestra por nuestra necedad, porque sólo nosotros podemos cambiar esta situación. Pero, por desgracia, con nuestra pasividad, somos los tiranos de nosotros mismos. ¿Hasta cuándo?
Pedro José Narváez Benítez y Juan Manuel Canle Durán / Cádiz

Señores políticos, ayuden a los jóvenes y déjense de colocar octogenarios
En medio de los casos de corrupción que llenan los informativos cada día, vemos que los políticos deciden colocar en la televisión pública a un nuevo presidente por consenso entre el Gobierno y la oposición. El elegido tiene 81 años. ¿Cómo quieren que los jóvenes pensemos que podemos tener más oportunidades laborales? ¿De esta manera nos están insinuando hasta qué edad tenemos que trabajar para pagar nuestras pensiones?
¿Cómo vamos a creer en un Gobierno o en una oposición a los cuales sólo les interesa RTVE? Porque sólo han colaborado en la decisión del nombramiento del nuevo director de nuestra televisión publica.
Por favor, señores, en estos duros momentos nos interesa verlos más unidos, pero no sólo en cuestiones que quizás en los tiempos que estamos pueden ser más irrelevantes.
¿Por qué no colaboran en economía? ¿Por qué no derrotan a ETA juntos? Busquen soluciones para los millones de parados.
Por favor, hagamos un país del siglo XXI y que desde Europa no nos miren como un país de segunda.
Javier Monroy García / Zaragoza

Las tarjas, las tarjetas de crédito, la inflación y la morosidad
En Torresmenudas (Salamanca), en los sesenta, era normal que los niños fueran a comprar un pan de dos kilos cada día. En lugar de dinero, la madre daba al niño un palo cuadrado. El panadero entregaba el pan y hacía una muesca en el palo al que llamaban tarja. A final de mes, cuando el padre cobraba su sueldo, la madre iba a la panadería y tantas muescas, tantas pesetas. Quedaba liquidada la deuda. Este medio de pago desapareció por dos malditas enfermedades: la inflación y la morosidad.
También en Kabul compran con un palo al que hacen una muesca. Parece que era el medio de pago en la antigua Mesopotamia.
En la actualidad, la tarja recuerda a las tarjetas de crédito, pero este invento se atribuye a los estadounidenses, ya que un rico hacendado fue a cenar a un restaurante de lujo y se encontró el bolsillo sin fondos pero con una tarjeta de su club deportivo. La ofreció como pago. El mesonero la aceptó. Al día siguiente, fue al club y cobró. Este sistema se ha extendido por todo el planeta y consiste en un plástico con una banda magnética que recoge cada compra y al final se carga en la cuenta del comprador, resolviendo el problema de la inflación, pero no el de morosidad.
José Luis Blanco Hernández / Salamanca

Más Noticias