Cartas de los lectores

10 de marzo

Actores en apoyo a Guillermo Toledo
Política es todo aquello que concierne a la convivencia: cómo nos organizamos para vivir juntos y, a ser posible, en paz. En este sentido, todos somos seres políticos, todos tenemos el derecho y la responsabilidad de participar en la decisión de cómo vivir en comunidad. La construcción de una sociedad más humana es una tarea de todos los ciudadanos sin excepción.
Consideramos que nuestro compañero Guillermo Toledo ha sido objeto de una reacción agresiva y desproporcionada en los medios de comunicación por ejercer el derecho ciudadano a participar públicamente del debate político. Derecho que ha de prevalecer se esté o no de acuerdo con las opiniones que se expresen. A nuestro parecer, la reacción contra las declaraciones de Guillermo Toledo se ha convertido, en muchos casos, en una auténtica campaña contra su persona. Por este motivo, le expresamos nuestro más firme apoyo.
Creemos que desde una parte considerable de los medios de comunicación existe un mensaje permanente de rechazo a la implicación política de los ciudadanos que trabajan en el mundo de la cultura. Muy especialmente de los actores, desde su participación en las movilizaciones contra la guerra de 2003. El cine, el teatro, cualquier trabajo creativo, busca, entre otras cosas, reflexionar sobre los conflictos humanos, en las relaciones personales y sociales. La cultura es, en gran parte, el aprendizaje de la convivencia. Hay una lógica, por tanto, en la frecuente implicación política de los ciudadanos que trabajan en este campo. Implicación que no tiene mayor validez, ni menor, que la de cualquier ciudadano, sea cual sea su profesión.
Hacemos una llamada a todos –y a nosotros, los primeros– para intentar recuperar un lenguaje que nos sirva para entendernos, un lenguaje despojado de violencia, que se sustente en los hechos y no en los juicios personales, un lenguaje riguroso y basado en la buena fe, que sirva para trabajar juntos, aunque sea desde distintas ideas, por un mundo mejor.

Alberto San Juan, Luis Tosar, Lola Dueñas, Candela Peña, Juan Diego Botto, Raúl Arévalo, Antonio de la Torre, Pilar Castro, Víctor García León, Andrés Lima, Javier Gutiérrez, Nancho Novo, Carmen Ruiz, Sergi Peris Mencheta, Secun de la Rosa, Inma Cuesta, Diego París, Alfonso Lara, Roberto álamo, Luis Bermejo, María Morales, Luz Valdenebro, Estefanía de los santos, Eleazar Ortiz, Aitor Merino, Laura Ramos, Ramiro Alonso, Sandra Collantes, Font García Rodríguez, Manuel Baqueiro e Inma Montalá

Los que nos equivocamos al quedarnos en casa y no votar
Ataca a Zapatero, desprecia a Gallardón, ningunea a Rajoy, no le gusta Rodrigo Rato, ignora a la oposición, desconfía de todos y espía a propios (I. González) y ajenos (Cobo, Prada). Conversa a la democracia, dice ser más demócrata que nadie, pero utiliza la Asamblea de Madrid como caja de resonancia para sus proclamas y pretende que su actuación es excelente frente a la torpeza inane de otras asambleas soberanas como el Parlament cuando, asumiendo una iniciativa legislativa popular, estudia la abolición de las corridas de toros en Catalunya. Todos equivocados menos ella.
Dice que baja los impuestos pero aumenta las tasas y el precio de los servicios privatizados, se autoproclama liberal pero lleva toda su vida cobrando sustanciosas remuneraciones públicas, dispone a su libre albedrío de una televisión que pagamos los madrileños y tenía, al menos, tres peones de su máxima confianza en la Gürtel, muñidores de negocios oscuros y ventajistas irredentos.
Desde 2003 ha obtenido una mayoría relativa y dos absolutas, los madrileños que la votan ejercen su derecho democrático y les felicito por sus victorias. Los que no fuimos a votar después del tamayazo somos los que nos equivocamos.
Luis Fernando Crespo Zorita / Alcalá de Henares (Madrid)

Las mujeres son los pilares de nuestra sociedad

Es hora de acabar con el trato injusto y desigual que sigue sufriendo la mujer en nuestra sociedad. Es hora de reconocer y valorar el esfuerzo de la mujer, ya sea en casa o fuera de ella. Es hora de prestar más atención y cuidado a uno de los principales pilares que sostienen a cualquier sociedad: la mujer.
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

Ajusticiando a la Justicia en España
No hace tantos años la Justicia estaba al servicio del régimen surgido de la Guerra Civil. Con sus leyes coartaba las libertades para apuntalar una dictadura férrea que no dudaba en fusilar a cuantos discutieran, con hechos o con ideas, su autoridad y legitimidad. La democracia, partiendo de una reforma que no tuvo el valor de la ruptura, ha pretendido modificar las instituciones y los comportamientos sociales de aquel régimen. Muchas cosas se han modernizado hacia hábitos democráticos. Empero, existen nostálgicos del franquismo instalados en todos los estamentos del Estado que añoran aquel "ordeno y mando" que, bajo pena de cárcel, exilio o muerte, fomentaba serviles adhesiones. Incluso hay partidos políticos en la actualidad que son herederos directos de aquella ideología autoritaria, mal avenidos a la crítica, la transparencia y el control democráticos.
La judicatura no iba a ser una excepción. Los intentos de apartar al juez Garzón de la instrucción de un sumario que afecta al principal partido de la oposición es prueba de ello. De acuerdo que el juez levanta tantos admiradores como detractores, pero el afán por desprestigiarle, encontrar errores en sus resoluciones y presentarlo como un juez parcial no va en la dirección de perfeccionar la Justicia, sino de controlarla en función de intereses partidistas. Se pretende ajusticiar a la Justicia.
Daniel Guerrero Bonet / Sevilla

Nacho Uriarte, el nuevo héroe del PP
Hace unos días vimos cómo una tremenda imprudencia de un diputado provocaba un accidente tras su despedida de soltero. Esto podría haber sido todo pero la imprudencia fue que al hacerle la prueba de alcoholemia diera una tasa de alcohol en sangre de más de dos veces la permitida por la ley.
El diputado en cuestión es el presidente de las Nuevas Generaciones del PP. Por eso el pasado fin de semana, Rajoy, con la conducta a la que nos tiene acostumbrados, prefirió montar una barra libre en Toledo, subirlo a los altares y hacerlo un mártir del Gobierno.
Este despropósito nacional no es el único al que nos tienen acostumbrados los conservadores. Dentro de sus incongruencias, son capaces de atacar a los ciudadanos que muestran su disconformidad con Aznar mientras defienden la peineta del ex presidente o a los ultracatólicos que el domingo llamaron "asesina, roja e hija de puta" a la ministra de Igualdad.
A Rajoy y al PP les gusta contradecirse continuamente, con lo que dan una imagen deplorable, lejos de la de un partido que pudiera tener alguna posibilidad de gobernar algún día en un país democrático como España.
Raúl Santiago García López / Santander

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