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El manifiesto contra la jubilación

DE PUERTAS ADENTRO // MARÍA ÁNGELES DURÁN

* Profesora de investigación del CSIC

Hace casi un siglo que empezaron a instaurarse las jubilaciones obligatorias a los 65 años, consideradas un gran avance para los trabajadores. Gobiernos, empleadores y empleados se han enfrentado frecuentemente a propósito de los costes de su aplicación y el modo de distribuirlos. Pero las pensiones de jubilación forman ya parte integrante del Estado de Bienestar. Estos días circula un Manifiesto contra la Jubilación Obligatoria que se opone a esta medida, por considerarla una discriminación basada en la edad que atenta contra principios constitucionales. Según un estudio realizado por la Fundación de las Cajas de Ahorro, la esperanza media de vida supera actualmente en España los 80 años. A quienes cumplen los 65, la media de años que les queda por vivir es 19 (17 los varones y 21 las mujeres). En el año 2050, y a pesar del rejuvenecimiento que ha traído consigo la inmigración, seremos uno de los países más viejos del mundo.

En estas circunstancias, y ante el temor de que la Seguridad Social no pueda sufragar las pensiones, ¿qué se opone a que la edad de jubilación deje de ser obligatoria? Las medidas para prolongar el periodo activo de forma obligatoria, así como para impedir las jubilaciones anticipadas, se están proponiendo desde muchas instancias internacionales. Pero también, simultáneamente, muchas instituciones están incentivando que la jubilación se anticipe o se produzca de un modo paulatino.

Las principales razones para prolongar la actividad son:
a) Mantener el poder adquisitivo, que afecta sobre todo a los trabajadores con complementos no recogidos en la jubilación, escasos años de cotización o altos salarios.

b) Mantener el estilo de vida, las relaciones sociales y la influencia unidas al empleo.
c) Seguir ejerciendo una profesión que se disfruta profundamente.
d) Evitar el paso al estilo de vida propio de la condición de inactivo, situación que afecta de modo muy heterogéneo a distintos tipos de trabajadores, hombres y mujeres.

Los que se oponen a la jubilación temen:
a) Que no se renueve el reparto de poder en las instituciones.
b) Que la productividad de los trabajadores activos de edad avanzada sea baja y los restantes trabajadores asuman su coste.

La tendencia general va hacia el retraso de la jubilación, aunque la baja productividad es un problema estructural grave en la economía española. Si no mejora, habrá que trabajar más y distribuir de otro modo los beneficios. En cualquier caso, ahora hay demasiada distancia entre el estilo de vida anterior y posterior a la jubilación. Son demasiados años de paro forzoso para demasiada gente.

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