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Norte de África

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

Durante las últimas semanas nos llegan a diario noticias inquietantes sobre los países del norte de África. La inestabilidad en estas regiones tiene una repercusión directa y muy importante para el continente europeo. Estamos muy cerca, apenas separados por varios cientos de millas marinas. Pero, ¿cuál fue la relación de la poblaciones del Pleistoceno a un lado y a otro del Mediterráneo?

En alguna ocasión se ha hablado de la posibilidad de una colonización del continente europeo a través del Estrecho de Gibraltar. Pero nunca se ha podido aportar prueba alguna para sostener esta hipótesis; es más, todas las evidencias sugieren que la evolución humana en el norte de África no tuvo nada que ver con la que sucedía al otro lado del mar. Hasta la llegada de los tiempos históricos el Mediterráneo no fue el medio de conexión entre todos los pueblos de la región, sino una barrera infranqueable.

El norte de África fue colonizado por el género Homo hace al menos dos millones de años, prácticamente desde su origen en el este del continente. Así lo testimonian varios yacimientos de Túnez (Wadi Saura), Argelia (Ain Hanech) y Marruecos (Tardiguet-er Rahla y Douar-Doum), en los que se han hallado millares de herramientas de confección muy arcaica y donde algún día aparecerán fósiles humanos. La falta de yacimientos de esta época en otros países, como Libia, puede tener más relación con la inestabilidad política y la ausencia de investigaciones que con las posibilidades reales de su existencia.

La progresiva expansión del desierto del Sahara durante el Pleistoceno dejó aislado el norte de África de los centros principales de la evolución humana durante milenios. Las regiones costeras de Argelia y Marruecos están plagadas de yacimientos fabulosos, como los de Sidi Abderrahaman, Thomas Quarry, Rabat y Salé (Marruecos) o el de Tighenif (Argelia), excavado en los años 1960 por el geólogo francés Camille Arambourg. En este yacimiento, que tiene unos 700.000 años de antigüedad, se encontraron varios fósiles humanos, atribuidos en principio a la especie Homo mauritanicus. Por aquello de que Europa empieza en los Pirineos, algunos colegas han querido mezclar en la misma especie a estos fósiles con los de Atapuerca (Homo antecessor). Pero las diferencias son tan obvias que su hipótesis no se sostiene. Los homínidos de Europa y los del norte de África estaban muy próximos, pero su evolución fue totalmente independiente durante todo el Pleistoceno.

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