La ciencia es la única noticia

Somos lo que comemos

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

Todos sabemos muy bien que nuestro estado de ánimo, bienestar o malestar e incluso hasta nuestro olor corporal depende de la dieta que acostumbremos a llevar. A cada uno le sientan mejor un tipo de alimentos que otros. Somos ciertamente lo que comemos. Los vegetarianos estrictos lo saben muy bien. Y esto es así porque la materia orgánica y los minerales que consumimos se incorporan a nuestro organismo. Por supuesto, nuestro cuerpo fabrica sus propios componentes específicos a partir de las moléculas que ingerimos. Pero los ladrillos que empleamos para construir nuestro particular edificio no son iguales en todos los alimentos.

Las plantas y los animales que nos sirven de sustento pueden estar construidos con isótopos diferentes de un mismo elemento químico. El carbono, el nitrógeno, el estroncio o el azufre se presentan en la naturaleza en variedades diferentes (isótopos) con el mismo número de protones pero diferente número de neutrones. Por ejemplo, existen plantas tropicales que incorporan a su estructura el isótopo del carbono C13 con mayor proporción que la mayoría de las plantas actuales. Este isótopo del carbono se encontrará también en un porcentaje mayor en los animales que consumen dichas plantas.

En el estudio de las paleo-dietas de nuestros ancestros se han utilizado varios métodos, incluidas por supuesto las evidencias indirectas del registro arqueológico. Si en un yacimiento del Pleistoceno encontramos restos de especies animales con marcas de carnicería, tendremos certeza del consumo de carne. El estudio de los isótopos estables de ciertos elementos químicos contenidos en los fósiles también puede ayudarnos a reconstruir la dieta. Tenemos un ejemplo muy reciente (PNAS, julio 2009) en el estudio del colágeno de los huesos del cráneo de Tianyuan 1, que se atribuye a Homo sapiens. Este yacimiento se localiza en la región de Zhoukoudian, a unos 50 kilómetros de Pekín y data de hace unos 40.000 años antes del presente.

El análisis de los isótopos del carbono y del nitrógeno en este espécimen sugiere una dieta con alto contenido en proteínas de origen animal. La elevada proporción de los isótopos del nitrógeno N15 y azufre S34 permite concluir que estas proteínas procedían en buena parte de pescado fresco de los ríos próximos. El único aminoácido del colágeno de los huesos que contiene azufre es la metionina. Se trata de un aminoácido esencial para nosotros, que obtenemos de las proteínas de los animales y las plantas. En los peces, la metionina tiene un valor muy elevado de S34. Así podemos conocer que los antiguos miembros de nuestra especie ya consumían pescado fresco, un alimento relativamente reciente en la historia de nuestra evolución.

Más Noticias