Ciudadano autosuficiente

El regreso del motor de sangre

sangre

Jesús Alonso

¡Vaya novedad! Las máquinas de motor humano existen desde hace milenios. Desde galeras de remos a bombas de agua para riego. Precisamente la invención de la máquina de vapor a mediados del siglo XVIII se vio como la gran liberación de la humanidad gracias a la creación de "esclavos mecánicos" que harían todo el trabajo. Al final el asunto ha funcionado a medias, y hay muchos trabajos muy duros que las máquinas no pueden hacer. Y también hay demasiados trabajos de fuerza que las maquinas podrían hacer, pero que humanos mal alimentados tienen que llevar a cabo, como portear mercancías sobre la espalda por falta de carretillas eléctricas. Pero cuando una sociedad está bien alimentada y en realidad sobrealimentada, hay mucho margen para convertir esas calorías sobrantes en energía utilizable.

Así se cierra el círculo: hoy en día usar maquinas de motor humano puede ser bueno para nuestra salud, nuestra economía y nuestro planeta, es decir sostenible. Veamos algunos ejemplos.

Radios, linternas, ventiladores y otros artilugios que se pueden cargar a manivela. El principio es muy simple, un pequeño generador unido a una pequeña batería. Puedes olvidarte de las pilas para siempre. En realidad podríamos alimentar de esta forma todos o casi todos los aparatillos a pilas (si, es una larga lista).

La lavadora solo necesita un movimiento de rotación para cumplir su cometido, y ya están a punto de salir al mercado combinaciones de bicicletas estáticas y lavarropas. Matas dos pájaros de un tiro: haces ejercicio y no gastas corriente. La limpieza en general puede verse como una buena forma de hacer ejercicio. Por ejemplo, barriendo la habitación en vez de usar un aspirador robotizado.

Los vehículos de motor humano no son solamente bicicletas, sino todo un conjunto de carricoches y vehículos ligeros, ideales para los que quieren pedalear con comodidad. Un ser humano puede desarrollar una potencia de 50 W durante un prolongado período de tiempo. Un trayecto de 20 km sin pendientes exageradas se hace con la energía contenida en un pequeño bizcocho, y en lugar de expulsar gases venenosos produce endorfinas, la única droga que podemos fabricar legalmente nosotros mismos.

Aunque parezca increíble, hay incluso aviones de propulsión humana. El Gossamer Albatross cruzó el canal de la Mancha en 1979. Fueron 37 km en algo más de dos horas y media.

Hay toda una rama del bricolaje para fabricar generadores domésticos de electricidad movidos por motor humano. Como en la película "Soylent Green", un mundo superpoblado sumergido en una perpetua ola de calor (¿les recuerda algo?). Unas cuantas pedaladas dan para encender una macilenta bombilla, porque en esta distopía la electricidad de red solo llegaba a las casas de los ricos.

No hace falta que nos pongamos en lo peor. Muchas personas van en coche al gimnasio, donde derrochan cantidades prodigiosas de energía caminando sobre cintas estáticas, por ejemplo. Podrían ir caminando a sus obligaciones y ahorrarse el gimnasio. O bien el gimnasio puede ahorrarse un dinero en electricidad conectando las máquinas de ejercicio a generadores eléctricos. ¡Nuestro cuerpo contiene mucha energía!

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